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El sacudón en los precios de la canasta de alimentos y bienes básicos todavía no termina. Si bien algunas consultoras midieron cierta desaceleración en la última semana, otras advierten que las remarcaciones continuarán, y con más potencia, en la última quincena del mes.

Los límites, parece, los pondrán los bolsillos de los consumidores: las empresas ya analizan que los escenarios de consumo masivo comienzan a anotar una caída de entre 7 y 8 por ciento para 2024. Para ponerlo en perspectiva, la retracción del consumo sería la más profunda en dos décadas y las compras volverían a niveles previos a 2002.

La consultora LCG midió, en la primera semana de Javier Milei como presidente, una suba en los precios de los alimentos del 6,1%. El fuerte incremento semanal, no obstante, fue menor al de la semana previa, cuando las alimenticias anticiparon el deshielo y los precios treparon 7,4% promedio. La inflación acumulada en una quincena fue de 13,9%, con un aumento "punta a punta", en cuatro semanas, del 22,7%.

Los alimentos aceleraron después del balotaje y todavía no tienen freno, según LCG.
Los alimentos aceleraron después del balotaje y todavía no tienen freno, según LCG.

Según Ecolatina, los precios treparon 18,1% mensual en la primera quincena de diciembre, con una suba de alimentos del 16,2% que no lejos está de detenerse. "Esperamos que se profundice la aceleración, principalmente marcada por el traslado a precios del salto discreto del 118% del tipo de cambio oficial y distintos ajustes de precios derivados del desarme del programa Precios Justos, como consumo masivo y combustibles, sumado a aumentos significativos en la carne vacuna", sostuvo.

Aumentos sin ancla

En una gran empresa de consumo masivo, top tres del país, todavía analizaban de qué manera trasladarían a los precios la liberalización del comercio (esto es, el fin de Precios Justos y de los fideicomisos que contenían el precio de aceites y farináceos en supermercados). "Está claro que hubo aumentos, pero nadie había puesto los precios de consumo masivo a un tipo de cambio de $ 800 más impuestos a la importación" advirtió el ejecutivo consultado. "¿La gente va a pagar esos precios? Se verá".

Una firma líder de bebidas sostuvo que trasladó a supermercados un aumento del 35% a fines de noviembre para recuperar parte de la brecha que había con comercios de cercanía y que, hacia adelante, las subas acompañarán a la inflación, que se estima en 20% mensual para el primer trimestre.

La gran incógnita en fabricantes y supermercados es hasta dónde acompaña el bolsillo, que ya mostraban desgaste. En una gran cadena reportaron, antes de la segunda vuelta, que comenzaban a notar de manera más habitual que la gente dejaba productos en la línea de cajas, por no poder pagarlos.

Esa observación micro contrasta con las compras preventivas que hicieron todos aquellos que pudieron adelantar consumo, como midió el último reporte de Scentia. En noviembre, midió la consultora, las ventas subieron 10,2% anual, principalmente traccionadas por cadenas de supermercados. Las operaciones saltaron, sobre todo, después del balotaje. La semana posterior a la segunda vuelta, la suba fue del 15,9%. "Contra todos los pronósticos, 2023 (cerrará) positivo", concluyó.

Consumo selectivo

La firma que sigue el minuto a minuto del consumo nota, no obstante, que esa selectividad que los supermercadistas ven a nivel micro ya es tendencia en los canales de cercanía. En autoservicios, indicó Scentia, la visita "monocompra", para adquirir uno o dos productos puntuales, aumentó su participación en el total de visitas en 10 puntos porcentuales.

La Secretaría de Comercio, con Pablo Lavigne a cargo y Fernando Blanco Muiño en la Subsecretaría de Defensa del Consumidor, busca "promover" acuerdos entre supermercados y proveedores, pero sin intervención estatal. Algo similar al acuerdo entre el consorcio exportador de carne ABC y los supermercados, para vender algunos cortes a precio promocional. Serán, con todo, canastas "XS".

Para 2024, Scentia espera una caída en el consumo de 7%. De confirmarse ese escenario, todavía incierto, el consumo per capita quedaría 2 puntos por debajo de los valores de 2002. Para el ejecutivo de una gran firma alimenticia que analizó el reporte como un insumo para lo que viene, se trata de un pronóstico "conservador".

Scentia espera una fuerte retracción en el consumo, que volvería a niveles de hace 20 años.
Scentia espera una fuerte retracción en el consumo, que volvería a niveles de hace 20 años.

En una cadena de supermercados trabajan con ese escenario de crisis. Descuentan una caída en los ingresos reales, por combinación de recesión y altísima inflación, que retraiga con fuerza el poder de compra. A eso se sumarán fuertes aumentos de costos, vinculados a logística (combustible) y tarifas, con una obvia presión salarial.