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Alberto Fernández avanzó ayer en su proyecto político destinado a superar la grieta interna con Cristina Kirchnery apuntalar su gestión sobre la base de lo que algunos llaman el "armado ortodoxo" del poder: es decir, el respaldo pleno de los gobernadores del PJ, la CGT, los intendentes del Conurbano y la dirigencia del peronismo a pleno.

La cristalización de este plan se vio reflejado en la convocatoria al Consejo Económico y Social con gremialistas, empresarios y movimientos sociales aliados. El esquema desplegado continuó el miércoles en la reunión que el Presidente mantuvo con casi todos los gobernadores que respaldaron a la Nación en su puja contra la administración porteña de Horacio Rodríguez Larreta en la Corte por los fondos coparticipables y siguió más tarde con la foto que mostró Alberto Fernández rodeado de la cúpula del PJ.

La saga del programa de gestión con ortodoxia peronista de Alberto Fernández continuará en los próximos días con recorridas por intendencias y provincias manejadas por el PJ. Por lo pronto, el Presidente compartirá este jueves un acto con el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.

"Hay que volver a las bases tradicionales de apoyo y de sustentación política", explicó a El Cronista un ministro de llegada directa al Presidente al sintetizar la jugada del denominado "Alberto ortodoxo".

La intención es no confrontar con Cristina Kirchner y mirar para adelante para dar por superada la grieta interna en el Frente de Todos.

Pero en la intimidad de la Casa Rosada saben que la mejora manera que encuentra hoy Alberto Fernández para sustentar este plan es atarse a las bases del peronismo tradicional y las viejas estructuras del PJ partidario o gremial.

El esquema de poder hacia adelante que se fijó el Presidente comenzó a rodar el lunes pasado con la idea central de dejar atrás la grieta interna en el Frente de Todos. En esa línea, Fernández mostró un apoyo de solidaridad público con Cristina Kirchner por los afiches que la tildaron de "asesina" y la vandalización que sufrieron las estatuas de Néstor y Cristina en Santa Cruz.

Este esquema de pax romana con la vicepresidenta que se fijó Alberto Fernández continuó con el aval al proyecto de los senadores kirchneristas para repatriar dinero de los argentinos que está sin declarar en el exterior para pagar parte de la deuda al FMI.

APOYO TRADICIONAL

Sin embargo, en la Casa Rosada aseguran que la jugada política del Presidente va más allá de eludir las rencillas con la vicepresidenta y que apunta a buscar soluciones al tema de la inflación o la debacle económica con apoyo central en el peronismo ortodoxo y los gremios que responden al PJ tradicional centralizados en la CGT.

El encuentro del Presidente con 19 gobernadores del PJ y aliados le sirvió para apuntalar el mensaje que busca ofrecer en estos días la Casa Rosada: centralizar las críticas en la oposición, llámese Mauricio Macri o Rodríguez Larreta, para desactivar la interna con Cristina Kirchner o La Cámpora.

El reclamo de la Nación a la Corte por los fondos coparticipables para la policía porteña fue la excusa que eligió Fernández para reforzar su alianza con mandatarios del PJ que se mostraban distantes de la Casa Rosada por temas como el aumento de retenciones al campo. Según pudo saber El Cronista, hay un condicionamiento que plantearon algunos gobernadores al momento de dar este apoyo: sólo avalarán hasta el final si el dinero que se logre sacar a la Ciudad se reparte de manera equitativa en las provincias.

Este entramado de alianza fuerte con los gobernadores del PJ no se hubiera desplegado sin la colaboración del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro y el jefe de Gabinete, Juan Manzur. En ambos, se recostó el Presidente para fortalecer el diálogo con los gobernadores y esto habla de los planes en marcha. Es decir, el aval del ministro De Pedro para contar con el ala cristinista y el sector del peronismo ortodoxo sustentado con Manzur.

El encuentro del Presidente en el PJ con la cúpula gremial y la dirigencia partidaria fue más allá de la excusa formal de una visita destinada a homenajear a los trabajadores sindicalizados, a 40 años de la movilización gremial por Paz, Pan y Trabajo que se hizo en medio de la dictadura.

La portavoz del gobierno, Gabriela Cerruti, se encargó de bajarle el precio a la reunión en términos de lectura política y sostuvo que la visita presidencial sólo se encuadraba en el contexto de un homenaje "y nada más que eso", dijo.

Pero en el gobierno admitieron que el acto sirvió para tender nuevos puentes con el PJ y la CGT. Alberto Fernández participó de la actividad en el Instituto Juan Domingo Perón con el cotitular de la CGT Carlos Acuña y el secretario general de Camioneros, Hugo Moyano, además de Lorenzo Pepe y el ex jefe de la UOM, Antonio Caló.

Sin embargo, en este plano gremial no le será fácil lidiar a Alberto Fernández. el mismo día de la visita al PJ el diputado Máximo Kirchner se abrazaba con Pablo Moyano y el nuevo titular de la OUM, el cristinista Abel Furlán. Esto sectores se mostraron muy críticos del acuerdo con el FMI y lo acaban de plasmar en un documento. Las matemáticas no sirven en la política y no todo es uno más uno para construir poder.