

Alberto Fernández radicalizó su discurso a la máxima potencia en favor de Cristina Kirchner, con todo lo que esto significa: la decisión de dar fuerte apoyo a la marcha por la vicepresidenta en las calles, un duro enfrentamiento con la oposición, la ratificación de la vocería del Gobierno para explayar su mensaje y un rechazo a los cuestionamientos de la justicia por la causa de Vialidad.
Desde la decisión personal de ir al Canal TN para dar una entrevista hasta su embestida contra la oposición, el comunicado de apoyo internacional que buscó con sus pares de América latina y el despliegue mediático con sus funcionarios. Todo está pensado por el Presidente para alinearse en la defensa acérrima de Cristina Kirchner por la causa judicial en la que la fiscalía le pidió 12 años de presión.

"Alberto está más convencido que nunca que acá hay una persecución judicial a Cristina y hay que defenderla como sea", explicó a El Cronista un allegado al jefe de Estado pocas horas después de su aparición en TN donde comparó al fiscal Luciani con Nisman.
La estrategia comunicacional del Presidente seguirá la línea de jugar fuerte, porque entiende que eso también fortalecerá al Frente de Todos. Y cree que le dará empoderamiento personal.
Esto incluirá una dura acusación a la oposición que, según creen en el entorno presidencial, aprovecha esta situación ante la falta de propuestas. Y también completará este esquema con críticas a la prensa que, piensa, lo hostiga permanentemente.
A su vez, está previsto que el Presidente emita nuevos ataques a la Justicia en los próximos días. En particular apuntará los dardos contra los fiscales de la causa de Vialidad, al Procurador y a la Corte.
Alberto Fernández sigue los lineamientos que le marca el consultor político catalán Antoni Gutiérrez Rubi, quien lo viene aconsejando desde que estaba en la campaña presidencial. Según comentaron en el Gobierno, el Presidente nunca dejó de recibir los tips en comunicación de este consultor.
A la vez, el Presidente escucha a la portavoz Gabriela Cerruti en el esquema de comunicación de la Casa Rosada. Fue la misma Cerruti la que dio a conocer en estos días en una improvisada conferencia el comunicado de Alberto Fernández y sus pares de Colombia, Bolivia y México donde denunciaron una "persecución" constante a Cristina Kirchner para acallar a los gobiernos populares.
Al parecer, el Presidente está muy conforme con la tarea de Cerruti en términos de comunicación y cree que hay "zancadillas" que le hace el periodismo para que cometa errores.

De hecho, en el entorno presidencial siguen sosteniendo que la comparación de Nisman con Luciani fue "impuesta por los medios hegemónicos". Esto lo sostienen con un mensaje del Presidente tendiente a proteger a toda costa la vida del fiscal que acusó a la vicepresidenta.
En esta misma línea argumental de extremismo discursivo, el Presidente avalará la marcha que prepara el kirchnerismo duro, el PJ y algunos gobernadores en apoyo a Cristina Kirchner. "Alberto Fernández está convencido de que cualquier muestra de apoyo popular a la vice debe ser avalado. Es lo que pide la gente", aseguró un funcionario de la Casa Rosada.
En el plano del armado interno del Gobierno Alberto Fernández dio rienda suelta a sus funcionarios para que salgan a apoyar a Cristina Kirchner. Así lo hicieron los más albertistas como Julio Vitobello y Santiago Cafiero. Pero también los kirchneristas puros como Eduardo Wado de Pedro que aprovecha el armado con los gobernadores del PJ desde el Ministerio del Interior para sustentar el apoyo de la Casa Rosada a Cristina Kirchner.














