Barcelona se impuso ante Real Madrid y quedó a un paso de la final de la Copa del Rey

En los partidos importantes poco influyen las actualidades de cada uno. Barcelona afrontó el primero de los dos clásicos por la semifinal de la Copa del Rey inmerso en una minicrisis, contemplando que venía de ser eliminado de la Europa League (ante Manchester United) y de caer en LaLiga (contra Almería). Sin embargo, sin mostrar su mejor versión, tuvo una resurrección formidable y se impuso 1-0 ante Real Madrid en el mítico Santiago Bernabéu. Gracias a este resultado, irá con ventaja el 5 de abril al Camp Nou, donde se definirá la serie.

Para este encuentro, el italiano Carlo Ancelotti, DT del Merengue, contó con todas sus figuras, mientras que Xavi debió improvisar ya que tuvo importantes ausencias en su zona ofensiva como las del polaco Robert Lewandowski, el francés Ousmane Dembelé, Pedri y Andreas Christensen.

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Con ese panorama, el local tomó la iniciativa ante un oponente dispuesto a apostar al contragolpe. El croata Luca Modric, el alemán Toni Kroos y el uruguayo Federico Valverde tomaron el control de la pelota superando a Sergio Busquets, y con Vinicius abriendo un surco por su banda y enloqueciendo a Ronald Araujo y al francés Jules Koundé.

Con muchos centros y algunos arranques de Vini, Real Madrid marcó cierta superioridad hasta el minuto 26 cuando el francés Eduardo Camavinga entregó un pase atrás con mucha displicencia, Kessie recuperó y la cedió a Ferran Torres, quien habilitó al marfileño que enfrentó al belga Thiboud Courtois y definió, el arquero dio rebote, pero Militao anotó en contra de su propia valla.

A partir del gol, el partido cambió. Xavi paro dos líneas de cuatro, puso a sus once dirigidos en su campo y le cerró los caminos a su rival, que debió ir a buscar el encuentro. Los catalanes comenzaron a jugar con los nervios de los madridistas, el cotejo se "picó" en un par de oportunidades con el tumulto correspondiente y eso favoreció a los visitantes.

Al equipo de Ancelotti le faltaron ideas, pases filtrados y precisión en los centros y en los últimos pases. A pesar de la presión, Barcelona se mantuvo firme y el alemán Marc-Andre ter Stegen confirmó que está entre los mejores arqueros del mundo.