Hay que reconocer que anticipar 95% de inflación anual en septiembre, cuando se giró al Congreso el Presupuesto 2023, era una apuesta relativamente audaz. Todos los consultores auguraban tres dígitos, porque no había a la vista ningún factor que fuese percibido como un ancla. El frente fiscal era incierto, la acumulación de reservas también, y los acuerdos de precios estaban solo en la cabeza del equipo económico. Con los datos que proporcionó el Indec, Sergio Massa podría sentir que "cumplió" el objetivo previsto para 2022. Ahora bien, el Palacio de Hacienda debe tener presente que la desaceleración conseguida fue la parte "fácil", porque conseguir lo que falta para que el indicador comience con un 3, como señaló el ministro, va a ser mucho más difícil. Aunque algunos indicadores macro tuvieron una evolución positiva, todavía no han derramado sobre las expectativas de inflación. Si bien el Tesoro no tuvo asistencia directa del BCRA, las dos versiones del dólar soja dejaron secuelas monetarias aún impredecibles. La cantidad de pesos que hubo que emitir para cubrir el tipo de cambio diferencial forma parte de la bola de nieve de Leliq, que los inversores ven como inflación futura. Y si bien tanto esos pesos como los dólares ayudaron a cumplir las metas con el FMI, también lubricaron la demanda interna. No es casual que el rubro que más aumento en el año sea prendas de vestir y calzado, y restaurantes y hoteles. Su rebote ya no responde solo al efecto pospandemia: hay un sector de la población con "bolsillos líquidos" que convalida esos valores. Para los economistas la inflación núcleo sigue alta y eso es un llamado de atención. Si el promedio mensual cedió en los últimos dos meses fue también porque en alimentos, además de Precios Justos, influyó la sequía, que ayudó a bajar algunos productos estacionales (como la carne y ciertas verduras y frutas de estación). Pero ese factor no se repetirá mucho más. Con una tasa de interés superior a la inflación, el BCRA espera que los depósitos sigan en alza, y con ello la necesidad de los bancos de seguir absorbiendo Leliq. Massa y su equipo deben continuar dando muestras de que la meta fiscal de 2023 es cumplible, más allá del año electoral, porque es clave para su credibilidad. Para que Precios Justos II sea posible, deben tener dólares para que las empresas puedan importar insumos y sostener su producción. Y aunque el swap chino llegó como refuerzo, la sequía reducirá los ingresos de la cosecha. Les queda por delante, entre otros desafíos, que la CGT acepte negociar salarios sobre una pauta de 60% anual.