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El sueño de AmCham (la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina) era que Sergio Massa llegara a cerrar su convención anual obviamente como ministro de Economía, aunque la expectativa más grande pasaba porque llegara con el sombrero de candidato presidencial puesto.
Finalmente esto no ocurrió porque el titular de Economía hasta hoy nunca reveló si ocupará o no ese lugar, aunque el martes pasado fue la primera vez que Massa se metió en la arena política. Y lo hizo tanto en el evento de AmCham como un día después.
"No hay que perder el tiempo en internas; no tienen sentido", sostuvo, palabras más, palabras menos, el funcionario. Sin develar todavía su futuro político, ingresó a un terreno que hasta el momento no se había atrevido, al menos puertas afuera de la interna oficial.

¿Esto quiere decir que hay que dar por hecho que Sergio Massa será el candidato del oficialismo? No, pero al menos él mismo se atrevió a dejar una hendija abierta que hasta ahora no existía. Que dentro de su camino en la política aparece la idea de ser presidente de la Argentina no quedan dudas, pero para que esto ocurra este año se deberán alinear algunas cuestiones.
La primera, clave, es que su objetivo actual, es decir lograr reencausar la economía, se acerque cada vez más. La realidad muestra que hoy hay algunas variables (crecimiento de 2,8% de la actividad industrial, caída de 0,7 puntos porcentuales del desempleo en el último cuatrimestre de 2022, entre otros) que permiten hacer algún análisis positivo; aunque otros como el avance constante de la inflación y las complicaciones para el cuidado de los dólares aparecen en el debe del balance.
El lado político
Y también hay en el medio cuestiones políticas, claro. Massa ya bajó un mensaje concreto en contra de las PASO dentro del Frente de Todos, por lo que se trata de una premisa que, si el oficialismo lo quiere como candidato, todo indica que se debería cumplir.
El ministro de Economía ya mantuvo algunos encuentros con referentes del FdT -en especial con la vicepresidenta Cristina Fernández, desde ya- para analizar el escenario, por lo que se entiende que ese pedido de "no a las PASO" lejos estuvo de sorprender. No hay nada definido aún, aunque sí se dieron algunos pasos.
De vuelta a lo económico, hay otro punto que es imposible perder de vista. Massa espera ansioso que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le de el sí oficial sobre el pedido de u$s 10.000 millones que hizo hace algunos días.

El organismo internacional ya dijo más de una vez que entiende los problemas que generó la sequía sobre las reservas del Banco Central y que trabaja sobre el tema, pero no se esperan novedades en el cortísimo plazo. Incluso, todavía restan definir con el FMI cuáles serán las condiciones que se le exigirán a la Argentina para aprobar ese nuevo desembolso y la renegociación de algunos puntos.
Massa sabe que, sin ese dinero, la situación económica no sería la misma y que el camino hacia la presidencia aparecerá incómodo. Aquí es donde entra en juego la posibilidad de que el swap con China sume unos u$s 19.000 millones, y la búsqueda por pagar importaciones en particular con yenes o reales, de modo de utilizar la cantidad justa y necesaria de divisas.
Hasta ahora, todo pareciera ir lento pero la expectativa es que los u$s 10.000 millones llegarán. Y la rendija política que abrió Massa va justamente en ese sentido.
Cuestión de necesidad, pero también algo de demostración de "buen comportamiento" para el Fondo Monetario en medio de las negociaciones.
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