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"Feliz" año nuevo para Boric

En medio de un vecindario convulsionado -con problemas en Brasil, Perú o Bolivia- Chile parece la casita en la pradera de la familia Ingalls. Sin embargo, la actualidad del país trasandino dista mucho de ser un oasis y el presidente Gabriel Boric pasa por uno de los momentos más duros de su presidencia. "En todas casas se cuecen habas, y en la mía a calderadas", dijo Cervantes en su obra inmortal, El Quijote. Y Chile no es la excepción.

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El presidente chileno Gabriel Boric arrancó el año con todo... en contra. Luego del tsunami político que significó el triunfo del rechazo a la nueva constitución en septiembre de 2022, fueron varios los yerros que su novel gobierno cometió a poco de andar y que muchos analistas clasifican como errores de "amateurismo político y diplomático".

En el listado podemos enumerar: La visita -ni bien asumido el gobierno- de la ex ministra del interior Izkia Siches a territorios de la Araucanía, zona históricamente en fuerte conflicto con el estado nacional y que fue repelida en su momento con balas y atentados; el desaire hecho por el mismo presidente en septiembre pasado al embajador de Israel momentos antes de la presentación de sus cartas credenciales; la resistencia a firmar la actualización del tratado con la Unión Europea; el impasse de las "side letters" en relación a la firma del TPP-11; y por último, lo que muchos llamaron el "intervencionismo" electoral en ocasión del mismo plebiscito para redactar una nueva constitución, que el gobierno hizo suyo y que la ciudadanía rechazo posteriormente con un categórico 62 %.

Indultos

A la lista de equivocaciones, se le acaba de sumar la guinda de la torta y que hoy tiene al gobierno a mal traer: el tema de los indultos a presos de la revuelta de octubre de 2019.

El pasado 30 de diciembre, haciendo uso de una atribución propia del presidente de la república, Gabriel Boric concedió 13 indultos particulares, 12 de ellos a condenados en el marco del denominado "estallido social" y uno a Jorge Mateluna, ex integrante del frente patriótico Manuel Rodríguez, una extinta agrupación guerrillera de izquierda, que cumplía condena por el asalto a un banco. Para colmo, posteriormente se conoció que uno de los 12 indultados por el tema del estallido -Luis Castillo- habría sido condenado por otros 5 delitos comunes previos desde 2005 al 2017.

Imagen del estallido social de 2019.

Este gesto político con que el presidente cerró el año se convirtió, a poco de andar, en una comedia de equivocaciones. La derecha puso el grito en el cielo y como protesta se restó de la mesa de seguridad que trataba esos temas en el congreso. Además, tras días de especulación Boric informó la renuncia de la ministra de Justicia, Marcela Ríos, a poco de completar los 10 meses en el cargo y el de Matías Meza-Lopehandía, hasta hace poco jefe de gabinete del mismo presidente y hombre de su más extrema confianza.

Además, Boric y su entorno afirmaron en su momento que "no tuvo todos los antecedentes en sus manos" a la hora de tomar dicha decisión y para colmo comentó que "Mateluna era inocente y que habría habido irregularidades en el proceso". Con esas declaraciones no solo la derecha se exaltó, sino que el poder judicial y el congreso hicieron lo suyo. La corte suprema emitió un comunicado el primer día hábil del año y el ministerio público hizo lo propio denunciando una posible "injerencia del ejecutivo en los demás poderes del estado".

Esta vez, el presidente Gabriel Boric se puso en la línea de fuego y no hubo ministerio ni ministro detrás del cual parapetarse.

Desaprobación

A un 61% aumentó la desaprobación a la forma como el presidente Gabriel Boric está conduciendo su gobierno, según la última encuesta CEP del 4 de enero (la consultora Centro de Estudios Públicos de centro derecha). El aumento de dicha desaprobación fue de un 12% respecto a la medición abril- mayo de 2022.

Y en la misma encuesta, uno de los temas que más preocupa a la población es el de la inseguridad. Tema del cual dijimos, la derecha se restó en la mesa del congreso que trataba el tema. Al decir de varios opinólogos, la sociedad chilena estaría viviendo un "momentum autoritario".

Encuesta CEP entre noviembre y diciembre de 2022. (Captura)

Como el efecto rebote de un antiácido, luego del estallido social donde la ciudadanía protestó contra la clase política y las instituciones, hoy la gente clama por más seguridad al extremo de sacrificar libertades individuales con el fin de restituir el orden público que tanto supo ostentar la sociedad chilena. Un 56% de los encuestados aprobaron que carabineros utilice la fuerza para disuadir a grupos violentistas en las marchas, por ejemplo.

Y en la calle, el dicho de "bala para la delincuencia" es cada día más escuchado y dicho por el ciudadano común. Lejos de ser una voz exclusiva de la sociedad argentina y latinoamericana en general, en Chile hay varios sectores que levantan esa bandera sin siquiera despeinarse.

Y la mirada negativa que ostenta el presidente no es exclusiva del hombre de a pie. Según el abogado Jorge Navarrete el presidente Boric "debió haber optado por una estrategia milimétrica y casi de cirugía fina para hacer el movimiento de los indultos" dijo en el podcast Comando Jungle. Muy por el contrario, parece haber manipulado la crisis con guantes de box.

"Esta vez no hubo problemas con su juventud ni experiencia, no hay colaboradores a quien responsabilizar. Esta vez, el presidente mostró desdén con la complejidad y hasta flojera. Frivolidad respecto a una decisión que había que tomar. El presidente no alcanza a entender la dignidad del cargo" se explayó el comentarista que reconoce haberlo votado en las elecciones presidenciales pasadas.

Por su lado, la diputada por el partido humanista Pamela Jiles, una de las impulsoras del sexto retiro de las AFP (Aseguradoras de fondos de pensión) en momentos en que los sectores más castigados de la población claman por una mejora económica contra la inflación, sostiene a quien quiera escuchar que "el sexto retiro se tramitará en el congreso sólo cuando el presidente Boric alcance el 70% de desaprobación". Es cuestión de tiempo y de un 9 % para ver si sus augurios se hacen realidad.

Juicio político

Las esquirlas del conflicto de los indultos llegaron hasta el gabinete. En la actualidad, la derecha prepara una acusación constitucional contra la ex ministra de justicia, Marcela Ríos. Habría varios ministros que están sobregirados y la tesis de esperar hasta marzo para un cambio de gabinete comienza a naufragar, porque hoy la que está en juego es la figura presidencial.

Hasta la ministra del interior Carolina Tohá - una de las figuras del gabinete con mejor aceptación en las encuestas- se vio afectada cuando, a consecuencia de los indultos, se le cayó la mesa de seguridad al retirarse casi toda la bancada de derecha. "Habrá un reajuste en el gabinete y marzo se ve muy lejos en el horizonte" explica Gonzalo Müller, licenciado en derecho y director del Centro de Políticas Públicas.

"La acusación constitucional contra el presidente aún no es viable porque no hay una causa jurídica. Es, sí, un error político mayúsculo, pero no es causal de acusación constitucional, sin embargo, el decreto está en el aire de forma jurídica. Si lo revisa la contraloría, el tribunal constitucional y este se cae, se puede abrir un camino complejo respecto a la viabilidad de que el presidente siga en su cargo" amplia el licenciado en derecho. Y la derecha tendría más de una razón para impulsarla, luego que el mismo gobierno quiso juzgar en reiteradas oportunidades al expresidente Sebastián Piñera cuando el actual mandatario era oposición.

Solo restaría esperar a que el verano aplaque o no los ánimos contrarios al presidente Gabriel Boric. Y que marzo llegue con aires nuevos o una tormenta perfecta para el presidente más joven en la historia republicana de Chile.

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