La disparada del dólar blue obedece a múltiples factores. De hecho, es como la inflación: no hay una sola causa.

Sin embargo, por estos días donde las reservas escasean y la desconfianza abunda, una declaración política puede generar un problema mayor al esperado.

"Jamás en pesos", respondió Javier Milei ante la consulta sobre qué le recomendaría a un ahorrista que se le venza un plazo fijo en los días previos a las elecciones generales del próximo 22 de octubre. "El peso es la moneda que emite el político argentino y por ende no puede valer ni excremento porque esa basura no sirve ni para abono", aseguró.

Ramiro Marra, el candidato a jefe porteño de La Libertad Avanza no se quedó atrás y también fue contundente: "Hoy más que nunca: NO AHORRES EN PESOS. Cuida tu dinero, te costó mucho ganarlo", escribió en sus redes sociales.

Por su parte, el ministro de Economía, Sergio Massa, dijo ayer que se va a encargar de que "los cuatro o cinco vivos que especulan con el ahorro de la gente" vayan presos, al hacer referencia a las fuertes subas del blue.

Durante un encuentro que mantuvo en la sede de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), en el microcentro porteño, Massa dijo según la agencia oficial Télam: "Tengo claro quiénes son esos cuatro o cinco vivos que están jugando al arbitraje y me voy a ocupar de que vayan en cana porque creo que, alguna vez en la Argentina, el que especula con el ahorro de la gente, el que sobre los arbitrajes genera ganancias ilegales extraordinarias, tiene que ir preso".

Pero más allá de las palabras de los candidatos, hay otra realidad. Cada salto del dólar es un dolor de cabeza para los argentinos que saben que su moneda cada día vale menos y que a mayor suba más presión sobre los precios.

Es cierto que el blue no debería impactar en los precios. El que debería impactar es el dólar oficial que hoy cotiza casi tres veces menos que el paralelo. Sin embargo, en el día a día la ansiedad se apodera de todos.

La sociedad no reclama a gritos que se frene la sangría que se vive porque tal vez no es consciente, en ese caso, de que cada aumento del dólar su realidad es peor, básicamente porque es más pobre. La emisión es un problema, el déficit fiscal es otro, pero la falta de confianza o el terror que se genera desde la política influye de manera concreta en el tipo de cambio. En los últimos dos días el dólar paralelo subió 15% contra el peso, una dura realidad que el actual Gobierno deberá enfrentar hasta el 10 de diciembre.