Datos y conclusiones realistas
Estimado lector: si no le gustan los datos, puede saltear los primeros párrafos. Si no le gustan las conclusiones, mejor lea otra página del diario. Pero de la realidad nadie puede escapar.
Estamos en una situación compleja de financiación del Estado. La recaudación tributaria alcanzó $ 2,3 billones en marzo y aumentó 88,3% interanual. El número es elevado pero por debajo de la inflación estimada por el IPC en 103%.
El gasto primario del Sector Público Nacional alcanzó $1,8 billones y presentó una suba de 95% interanual.
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En otras palabras, el déficit aumentó ya que ingresos subieron menos que gastos. Sabemos que parte de los gastos que debían pagarse en Diciembre fueron postergados a Enero, pero aún así el aumento es muy considerable.
Para financiar este (mayor al previsto) déficit, se continuó recurriendo a endeudamiento y a financiación del BCRA. A pesar de todo tipo de imaginativos asientos contables y la promesa del ministro de no utilizarlos, lo mismo hubo que recurrir a los temidos "Adelantos transitorios", que no son transitorios porque justamente el Tesoro no tiene medios para devolverlos. El monto fue de $130.000 millones, lo que representa a marzo haber utilizado casi todo el monto disponible según las metas acordadas con el FMI. En otros términos, por el resto del año estos Adelantos casi no debieran existir. O se pedirá un nuevo perdón o waiver al FMI, y ya van varios.
El endeudamiento en pesos también ha aumentado. Si la tasa de interés es superior a la tasa de devaluación, podemos decir que esa diferencia es la tasa de interés real en dólares. Sea cual sea la tasa de endeudamiento, luego los pesos son -en parte- reabsorbidos por el BCRA con lo cual se vuelve a pagar interés.
La deuda pública en pesos medida en dólares - para aislar el efecto inflación- ha subido 81% en esta gestión. La deuda con el FMI ha aumentado en U$S 29.000 millones y unos U$S15.000 con otros organismos. Esto es adicional a los U$S 44.000 que se recibieron en la gestión anterior. Lo interesante es que se sigue hablando de aquella deuda cuando en realidad no es ni siquiera el principal componente de la deuda total, y continúa subiendo.
Esto no incluye la deuda del BCRA que es equivalente una nueva base monetaria adicional cada 5 meses, o lo que es lo mismo, en un año será equivalente a 2,5 veces la base monetaria.
Dicho en criollo: si hubiera que pagarla toda junta sería como emitir 2,5 veces más. Por supuesto, nadie está pensando en esa opción
Ya que menciono el FMI, el objetivo de reservas netas para el primer trimestre 2023 era de U$S 4200 millones, y el número alcanzado es similar, pero con signo negativo.
A estos datos preocupantes hay que agregar el efecto que tendrá la pésima situación del campo por la sequía y por las restricciones a exportaciones. Al menú habitual de la carga impositiva se han sumado restricciones cuantitativas o prohibiciones de exportar. Ahora todos lamentan la falta de dólares por falta de exportaciones por falta de cosecha por falta de agua por falta de obras hídricas por falta de previsión de los gobiernos. Lo que falta es comprender cómo funcionan los distintos sectores de la economía.
Todos necesitan cierta rentabilidad para poder invertir, y también necesitan insumos. En el caso del agro las lluvias son indispensables, y en otros sectores, las dificultades para obtener insumos agravan los costos crecientes por carga impositiva. Sabiendo esto sería de esperar que haya un fuerte incentivo a mejorar la disponibilidad de dólares, alentando exportaciones. El intento de un nuevo dólar Soja no necesariamente lo logrará ya que ha generado otras distorsiones en el mercado.
Es absurdo criticar al agro por la falta de divisas. El agro liquidó divisas anticipadamente por el dólar Soja I y II, la sequía ha disminuido los stocks y la política pública que anuncia que hará un nuevo dólar Soja III lleva a que no haya incentivos a liquidar hasta que no se disponga del nuevo precio. La pregunta de porqué no devaluar creo que tiene respuesta en parte en el impacto sobre inflación que ya de por sí se estima en aproximadamente 7% para marzo, y en parte porque el principal deudor de la economía es el propio Estado, que quiere poder acceder a dólares con el menor costo posible.
La pregunta de porqué no devaluar creo que tiene respuesta en parte en el impacto sobre inflación que ya de por sí se estima en aproximadamente 7% para marzo, y en parte porque el principal deudor de la economía es el propio Estado, que quiere poder acceder a dólares con el menor costo posible.
Vuelvo al comienzo, respecto al gasto creciendo más que la recaudación. La percepción generalizada es que la inflación es el principal problema pero en realidad es el resultado de una política de elevado gasto público financiado con emisión. Por el motivo que sea, es un monstruo muy difícil de domar. Miremos de una vez por todas las causas del problema y no busquemos paliativos como dólar soja o precios cuidados o restricciones a importar o pensar en la danza de la lluvia. De la realidad nadie puede escapar.
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