ANÁLISIS

¿Argentina, hiperinflación y licuación devaluatoria?: el inquebrantable techo cambiario de las acciones locales

Dos fuerzas contrarias actúan sobre el precio de los ADRs de una Argentina encerrada en un ciclo perverso y muy costoso.

Lamentablemente, en la Argentina de hoy como en la de ayer, un evento de hiperinflación y mega devaluación no tienen probabilidad cero.

La otra cara de una hiperinflación y mega devaluación no sincerada es una hiper-recesión o sea, la incapacidad crónica y permanente en la generación de nuevos puestos de trabajo.

Desde hace muchos años, el no sinceramiento del formidable exceso de pesos no le es gratis a la Argentina porque obliga a su Banco Central a pagar tasas nominales altísimas para absorber el exceso de liquidez que, entre otras cosas, ahoga toda recuperación económica posible.

De esta forma, Argentina viene sufriendo desde hace años de una gigantesca trampa de liquidez, no en la versión Keynes del concepto, sino, como siempre, en nuestra propia definición: Argentina tiene un mega empacho de pesos desde hace muchos años, aspecto que asfixia a la economía en toda dimensión posible

Argentina viene padeciendo de un severísimo dilema monetario en donde cualquier resolución sería costosísima: contener este empacho sería carísimo, liberarlo también.

¿Tienen los ADRS argentinos un techo cambiario?

Los ADRs argentinos (acciones locales que cotizan en Wall Street) están aproximadamente a niveles anteriores al resultado de las PASO 2021 o sea, a pesar de todo lo ocurrido desde el cierre del 10 de septiembre a la actualidad, Banco Galicia por ejemplo, uno de los ADRs argentinos más líquidos que opera en Wall Street, prácticamente no ha exhibido cambios de cotización de punta a punta, si bien la volatilidad en el medio ha sido monstruosa. Al cierre del viernes 8 de octubre, el retorno acumulado de Banco Galicia ADR desde las PASO 2021 es de -1,50% aproximado o sea, muy poco cambio a pesar de un shock político que prometería ser histórico.

Dos fuerzas con efectos totalmente opuestos y sumamente neutralizantes están operando en el corto plazo para definir esta dinámica insípida en ADRS argentinos.

  • Primero, "quizá" un shock político promercado. Si bien la ciudadanía argentina es psiquiátrica e impredecible a la hora de votar, la coyuntura política parecería sugerir una victoria potencial de la oposición en noviembre, veremos.

Si este evento ocurriese y a esta altura es un interrogante infinito, probablemente Wall Street lo entendería como un aumento de probabilidad de derrota del oficialismo en las presidenciales del 2023 lo cual se correlacionaría de acuerdo con la forma en la que Wall Street suele interpretar estos eventos con futuras medidas económicas "más promercado" y por lo tanto, positivas para la cotización de los activos argentinos.

En criollo entonces, la aparente coyuntura política de convalidarse en noviembre, debería favorecer altamente a los papeles argentinos, tanto acciones como bonos pero esta dinámica no ocurre.

  • Segundo, "quizá" un shock licuatorio y devaluatorio. Independientemente de quien gane la elección en esta bendita, impredecible y sumamente bipolar tierra de Sudamérica, Wall Street y doña Rosa también, saben que Argentina tiene una "hiperinflación atragantada" desde hace más de ocho largos años.

Los variados y formidables excesos de emisión monetaria han sido absorbidos recurrentemente por un Banco Central que desde hace muchos años "vende sus títulos" a cambio de los pesos en exceso que circulan, remunerándolos con una muy jugosa tasa de interés.

Estos títulos fueron "Lebacs" alguna vez, se transformaron en "Leliqs" en un pasado más cercano y sólo Satanás sabrá en cuantas otras formas irán metamorfoseando en el futuro pero lo cierto es que para que esa gigantesca montaña de pesos emitidos no se libere al mercado y ocasione una hiperinflación en segundos, el Banco Central desde hace muchos años viene "pagando" una muy incómoda y costosísima tasa de interés en pesos lo cual entre otras cosas, viene rompiendo a toda la economía.

Un circuito perverso y costoso

Por lo tanto, el circuito perverso y costosísimo en el que estamos atrapados es el siguiente:

  • Primero, tenemos un déficit fiscal crónico.
  • Segundo, el mismo se financia con emisión de pesos.
  • Tercero, para evitar una crisis monetaria, a dicha emisión la absorbemos vendiendo títulos del BCRA.
  • Cuarto, la venta de títulos no es gratuita dado que a cambio se debe remunerar con una tasa de interés muy alta en pesos que incrementa el déficit original.
  • Quinto, de esta forma, el "déficit fiscal" genera a su vez "déficit cuasifiscal" en una dinámica creciente y sin pausa desde hace muchos años, "un déficit" que genera "más déficit".

El proceso descripto en los pasos "1" a "5" representa el costo de "no hiperinflacionar", el cual se traduce en una seria consecuencia: con tasas así de elevadas es imposible crecer y la Argentina no lo puede hacer desde hace más de una década.

Doña Rosa y Wall Street se preguntan qué haremos entonces con esta criatura monetaria que nos asfixia.

Difícil saberlo pero Wall Street entiende que algo habrá que decidir y cualquiera que sea ese "algo" podría liberar "muchos" pesos que busquen "pocos" dólares y el problema es que en la actualidad los "pesos vienen sobrando" y los "dólares vienen escaseando" en una dinámica sufrida por los argentinos en varios capítulos de nuestra historia y en ninguno de dichos episodios tuvimos un final feliz.

¿Por qué entonces no ralean los ADRs argentinos?

Este aspecto de "licuación potencial" se relaciona directamente con ADRs argentinos por una sencilla razón: la mayoría de las acciones argentinas representa a compañías "productoras de pesos" y si llegase a ocurrir un "evento cambiario licuatorio" -y ojalá que Satanás no lo permita-, dichas compañías serían altamente licuadas por lo que su valor en dólares colapsaría.

Por lo tanto, en el corto plazo este "segundo mecanismo" (monetario negativo) es el que estaría neutralizando al "primer mecanismo" (político positivo) representado por lo que prometería ser una especie de shock político promercado.

Esta competencia entre un "shock político que aparenta ser favorable" y "un potencial shock licuatorio" de alguna forma se viene neutralizando uno al otro, frenando toda suba relevante en papeles que vienen muy castigados y que espacio para subir podrían llegar a tener.

El celular de Satanás

Ahora bien, todo lo dicho se refiere al corto plazo.

Wall Street también mira el largo plazo y en ese sentido encuentra un país con formidables desafíos no resueltos en materia fiscal, monetaria, laboral, institucional, por citar algunos de nuestros dramas.

¿Qué implica el largo plazo para la Argentina? Significa que aun haciéndolo todo bien desde hoy mismo, deberíamos esperar unas tres décadas para observar resultados razonables y coherentes y no veo a la pendular ciudadanía de este país con intenciones de semejante sacrificio.

Enamorarse sistemáticamente de activos argentinos nunca paga y no parecía ésta ser la excepción. Si tienen el teléfono de Satanás, llámenlo y avisen.

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Comentarios

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  • JG

    Julio Garcia

    13/10/21

    Me gustaría saber como surge el punto de análisis, entre doña rosa y

    Wall ...strett. Nunca me imagine semejante cosa.

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  • JPR

    Juan Promo Rebello

    13/10/21

    Más que la maquinita del billete estos pseudo economistas le dan a la maquinita del discurso del gasto. Mientras en USA se discute una nueva ampliación. La decisión debe ser política. Si, a un acuerdo político y así verán volar los ADR

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  • VV

    VERDADERO VERDADERO

    12/10/21

    Es insólito que Fermo cobre (porque cobra) para escribir este largo mamarracho.

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  • AA

    Alejandro ahmar

    12/10/21

    O sea que no queda otra que el apocalipsis absoluto. Se haga lo que se haga. Buenísimo

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  • NF

    Nica Flores

    12/10/21

    Entonces las empresas exportadoras se van a las nubes? Long $SAMI, $LEDE, $CRESY? No creo que la lectura sea tan lineal.

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