La Justicia debe reconstruir la confianza

En el reciente discurso que realizó el Presidente Mauricio Macri, uno de los tres ejes centrales estuvo dedicado a la República y la calidad institucional. En particular hizo hincapié en un fuerte cuestionamiento contra el funcionamiento de la Justicia, criticando la cantidad de empleados, los sueldos elevados que perciben y las extensas licencias que gozan los trabajadores judiciales. Señaló además que hay que "seguir trabajando para asegurar que cada día la Justicia siga mejorando en su respuesta a la demanda, de una sociedad que ya no admite la impunidad, ni la arbitrariedad, ni demoras justificables".

De igual manera, en septiembre, tuvieron una importante repercusión los resultados del Informe 2017 sobre confianza en las Instituciones elaborado en Argentina por la consultora Management&Fit. Nuevamente los Poderes del Estado (Judicial, Legislativo y Ejecutivo) y los Partidos Políticos cerraron el fondo de la tabla.

Pero el dato que resalta en la encuesta, es la escasa confianza de los argentinos en el Poder Judicial (24%) y en la Justicia en términos genéricos (17%). El 75,6% de la población tiene poca o nada de confianza en el Poder Judicial. Y es un dato realmente sensible, que nos muestra la gravedad de una sociedad que no confía en una de las Instituciones más importantes para el sistema republicano de cualquier democracia moderna.

Esta desconfianza tan severa, no puede ser sólo producto de la falta de resolución de las grandes causas mediáticas. En consonancia con lo dicho por Macri, el Poder Judicial recibe duros cuestionamientos de la ciudadanía tanto por los tiempos de las causas judiciales por corrupción, como las denuncias contra la supuesta puerta giratoria, el incremento en el número de femicidios o una justicia lenta que, hasta a veces, parece quitarse la venda.

Existe una brecha entre lo que la gente espera del servicio de justicia, y los tiempos y respuestas que éste le brinda. Y surge la necesidad de tomar acciones desde la propia gestión de justicia para reducir esa brecha y recuperar la confianza perdida.

La Justicia de la Ciudad de Buenos Aires está dando señales en este sentido. Su Consejo de la Magistratura implementa un Programa de Responsabilidad Social que le permitió iniciar el desafío de ser una institución judicial pionera en esta temática. Una iniciativa que no es ajena a la gestión de avanzada que tuvo el Poder Judicial desde su creación, en distintos ámbitos en materia de formación, planificación, inclusión, acceso a la Justicia y Gobierno Abierto.

Reflejo de ello fue la adhesión del Consejo porteño a la Red Argentina del Pacto Global de Naciones Unidas, la principal iniciativa de responsabilidad social en el mundo, transformándose en la primera institución judicial en adherir a esta iniciativa en materia de derechos humanos, laborales, ambiente y anticorrupción. Es, además, un Programa surgido hace 4 años, que se ha continuado y profundizado como política de estado bajo distintas presidencias como la de Enzo Pagani y la actual presidencia Marcela Basterra.

Impulsando acciones como éstas es que la Justicia podría ir cerrando esas brechas que existen entre las necesidades de la sociedad y la respuesta ante las mismas. Para que tal como dijera nuestro primer mandatario, la Justicia pueda iniciar un proceso de reconstrucción de esa confianza que parece haber perdido para muchos.

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