El discurso de Macri en el Congreso puede aportar alivio o preocupación

Cuando faltan pocos días para que concluya febrero, una pregunta que todavía cuesta responder es cuáles pueden ser los factores que le den impulso a la economía en lo que resta del primer semestre. La actividad económica todavía funciona empastada, sin lubricante financiero ni una demanda privada que ayude a trazar un mejor pronóstico.

Con la recuperación del dólar de las últimas semanas, se esperaba un repunte de las exportaciones y más alivio para las economías regionales. Pero decepcionó la caída que hubo en enero en los envíos al exterior. Pesó mucho el parate automotriz, pero preocupa que no hayan aparecido otros impulsos que muestren más dinamismo. Está claro que el trigo tuvo su momento de gloria y que en dos meses aparecerá la soja. Pero los analistas esperaban señales más contundentes. Desde la provincia de Buenos Aires aportan un matiz: están funcionando mejor las pymes industriales de la zona norte, ligadas más al sector externo, que las de la zona sur, cordón más atado a los vaivenes del consumo interno.

Sobre este último ítem, la expectativa oficial estaba atada a la recomposición salarial que podían generar algunos sectores. Sin embargo, el 2,9% que marcó el IPC en enero fue demoledor en materia de expectativas. Los gremios empezaron a hablar de paritarias de 35% y algunos consultores dan por hecho que la inflación de febrero superará 3%.

La inversión, la tercera pata, tampoco está en un buen momento. Excepto aquellos rubros en donde pesa el largo plazo, como energía, el resto está atado por el alto costo del capital. Esa soga también deja maniatada a la construcción y a la obra pública. El Gobierno mantiene en carpeta aliviar algo el peso de la tasa de interés sobre el financiamiento de las empresas. La siguiente ronda de anuncios será el discurso de Macri en el Congreso, este viernes. Duda, pero no hay mucho tiempo para dudar.

Temas relacionados
Más noticias de cambiemos
Noticias de tu interés