

Esta tarde, a las 15, en Olivos, Mauricio Macri le dará un beso y un abrazo a Esteban Bullrich, uno de sus ministros más mimados durante sus años como jefe de Gobierno de la Ciudad, y también ahora en sus primeros 18 meses como Presidente. Intercambiarán bromas por la parte final del campeonato de fútbol que definirán Boca y River, sus pasiones, en los próximos días, pero cuando se sienten a la mesa la charla tomará el camino político.
Lo que formalmente se comunica como una reunión de seguimiento del Ministerio de Educación, se convertirá en un mano a mano entre el mandatario y quien desde principios de año se perfila como el candidato de Cambiemos para encabezar la boleta de senadores nacionales por la provincia de Buenos Aires. A diez días del cierre de listas, la incógnita sobre si Bullrich es el elegido sigue vigente.
"No está confirmado que sea él, puede venir de otro lado y no tiene por qué ser ministro", cuentan desde Casa Rosada, aunque despistan al resaltar que "hay que seguir de cerca" el encuentro que hoy tendrán en Olivos. Hay quienes creen que en una contienda electoral que perfila a Cristina Fernández, Randazzo (en PASO o separados) y el tándem Massa-Stolbizer como candidatos, Bullrich no da las garantías para asegurar ese tercio que desde el macrismo aseguran comparte cada sello hasta la fecha.
Reconocen, no obstante, que cualquier candidato que lidere la lista necesitará el espaldarazo que representa la angelada imagen que tiene para un gran número de bonaerenses la gobernadora María Eugenia Vidal. En ese sentido, los números de Bullrich siguen siendo de los más rendidores, por encima de la referente del PRO en Avellaneda, Gladys González, y del médico Facundo Manes, quien se perfila para ir como segundo en la lista de diputados. En el entorno del neurocientista desmienten que haya existido un ofrecimiento, e incluso dudan sobre si, de haberlo, Manes diga que sí. El nombre del ex ministro de Seguridad Guillermo Montenegro también tomó fuerza en los últimos días para jugar en agosto.
Pero en el Gobierno también atienden el juego ajeno. Creen que Cristina será candidata y esa sensación les genera malestar. No por lo que pueda hacer la ex Presidenta electoralmente, sino por el inconveniente que pueda representar tenerla sentada en una banca del Congreso los últimos dos años del mandato de Macri. "Aun con diferencias, hemos negociado temas importantes con el Frente para la Victoria en las dos Cámaras. Con Cristina va a ser imposible, será un krichnerismo mucho más radical y crítico", plantean desde el Ejecutivo.
Respecto a Randazzo, en tanto, creen que presentándose por separado, puede dividir la elección y restarle votos a un candidato que preocupa: Sergio Massa. En el macrismo admiten que el líder del Frente Renovador mide muy bien en la Provincia, aunque su espacio (1País) se debilita en el plano nacional. Y valoran también la figura de Stolbizer, con altos niveles de imagen positiva.
Según el Gobierno, sin embargo, la cercanía de las PASO no lo desenfocan de las problemáticas diarias. Hoy, por ejemplo, se espera que el Indec publique los datos de desempleo del primer trimestre del año, y en la Rosada hay alarma porque puedan ir en alza respecto a 2016. "No seríamos coherentes con lo que siempre planteamos si pusiéramos la elección por delante de los temas de gestión, que realmente son nuestra prioridad", concluyen.













