Conocé al argentino detrás del mejor vino tinto del mundo

Rodolfo 'Opi ' Sadler lidera Mascota Vineyards, la bodega de alta gama que recientemente se alzó con el título del Mejor Tinto en el concurso Vinalies Internationales 2018 gracias a su carbernet sauvignon, la cepa que le pisa los pasos al malbec. 

Sin embargo, este enólogo mendocino ilustre –quien recientemente hizo historia al ganar el premio al mejor vino tinto del mundo con una etiqueta elaborada a partir de cabernet sauvignon, la variedad más consumida a nivel global– es conocido como Opi Sadler, diminutivo del alemán opa (abuelo). Su sobrenombre, un guiño a su ascendencia germánica (“Mi pasión por la bebida más noble de todas se la debo a mis ancestros, con énfasis en mi recordado nonnito , cuenta), ya es una marca registrada en la industria enológica argentina. Y, sin dudas, ya conquistó también un lugar en la historia del sector, porque La Mascota Cabernet Sauvignon 2016 fue recientemente distinguido como el Mejor Tinto del planeta en el renombrado concurso Vinalies Internationales 2018.  “Aunque parezca mentira, por primera vez un cabernet nacional ha sido el elegido entre 3.500 vinos de más de 40 países y llegó a la cima internacional , resume, emocionado. La cepa emblema de la bodega es el vino de mayor venta, tanto en volumen como en facturación, en los Estados Unidos dentro del segmento FOB >u$s80.

Rodolfo 'Opi' Sadler, de Mascota Vineyards.

 

Según un viejo dicho vinófilo, para que una bodega sea reconocida y prestigiosa a nivel mundial debe tener un cabernet sauvignon en su portfolio. ¿Sigue siendo válido?

¡Sin duda! Si nos remitiésemos sólo a la Argentina, afirmaría que es necesario elaborar un gran malbec. En términos internacionales, en cambio, cualquier proyecto vínico que quiera posicionarse en la élite debe tener un rico cabernet sauvignon entre sus filas. Es un cepaje con muchísima repercusión, versátil, súper vendible. Fue, es y será el rey de los varietales tintos.

¿Por qué es tan importante, para la enología nacional, que un cabernet haya sido elegido el mejor tinto del mundo?

Antes de la década del ‘90, la Argentina no vendía ni una mísera botella al exterior. Nos costaba salir de la frontera porque nos sentíamos contentos con nuestro significativo mercado interno. Aquí, históricamente hemos tenido muy buen consumo per cápita y, por ende, las bodegas nacionales no sentían la necesidad de seducir paladares de otras latitudes. En 1994 la historia cambió y dio un giro rotundo: junto con un nutrido grupo de enólogos empezamos a asistir a ferias vínicas prestigiosas, como London Wine y Vinexpo, y sentimos, desde el principio, que nos miraban de manera muy extraña. ¿Por qué? Porque no contábamos con una oferta variada de cabernet sauvignon. Para el europeo, en aquel entonces, el malbec no era muy conocido ni estaba posicionado en la mente del consumidor del Viejo Mundo. Por esa razón, nos pedían, a gritos, que les mostrásemos un buen cabernet. Ese reclamo histórico marcó un antes y un después en nuestras labores. De repente, los enólogos mendocinos nos pusimos a pensar la estrategia adecuada para elaborar cabernet a la altura de los mejores del mundo. Hoy, más de 20 años después, estoy orgulloso de las etiquetas argentinas hechas a partir de esta variedad. Me animo a afirmar que el cabernet nos ayudó, luego, a meter nuestra actual variedad insignia en el mundo.

¿Qué pensás del cabernet light que ahora copa el mercado?

Me parece saludable que el mercado siga diversificándose en pos de ofrecer más opciones. En el último decenio se impuso la tendencia de eliminar la marcada nota piracínica (pimiento verde), muy característica del cepaje. Han aparecido un sinfín de exponentes ligeros, con notas pimentosas mucho menos pronunciadas, para darle lugar a los aromas a frutos rojos y negros. De todos modos, que los caldos sean más livianos no significa que tengan menos madurez. Estos nuevos varietales que irrumpen con fuerza suelen elaborarse en zonas frías, lo que se traduce en líquidos con menor tenor alcohólico, sin esa pesadez en paladar que tanto prejuicio genera en principiantes y no tanto. Hoy, además, los cabernet descansan menos tiempo en barricas, pues el consumidor busca frutosidad e identidad del terruño. El paladar tiene una fuerte necesidad de encontrar aromas primarios de la uva, sin que el roble los tape con sus clásicos aromas terciarios a café tostado o leña quemada. Desde mi punto de vista, lo ideal es lograr un buen equilibrio entre fruta y madera.

¿Cuál sería la estrategia, entonces, para  conquistar a aquellos que todavía lo asocian con robustez y astringencia?

Gracias a las nuevas tecnologías, las técnicas de maceración han ido cambiando y hoy los cabernet pasan por una maceración prefermentativa que permite extraer más fruta que tanino de las pieles. Ahora, son más amables, redondos, elegantes. La gente no quiere más vinos densos, pesados ni “gordos . Nuestro cabernet se llevó el premio por su estructura aterciopelada.

¿Qué simbolizan los premios en tu vida?

Orgullo, emoción. El reconocimiento en un concurso implica una sensación maravillosa. De todos modos, lo mejor que me puede pasar es que el vino que hago le guste a la gente y se pueda vender por la calidad de sus características organolépticas. Mi objetivo final es que mi producto tenga éxito en el mercado. El cabernet que acaba de ser galardonado es consecuencia de un muy sólido trabajo en equipo. Hoy nos felicitan porque tenemos un vino rico, tomable, con fieles consumidores. Cuando veo mis etiquetas en el exterior siento una alegría tan inmensa como indescriptible.

¿Qué diría tu abuelo viñatero de tu estatus de celebridad enológica?

Nunca me he considerado un rock star. Hago lo que me da placer. Honro, a mi manera, una marcada tradición familiar. Mi abuelo era un empedernido viticultor que cosechaba viñas escalonadas en terrazas, en el norte de Italia cuando todavía pertenecía a Austria. Su cercanía a las montañas lo trajo a los Andes. Cierro los ojos y lo recuerdo trabajando en una bodega, con una sonrisa de par en par. Yo heredé ese amor por el viñedo. Nací en medio de las uvas y hago lo mejor que me sale, sin pensar en ser una celebridad.

¿Por qué las botellas de Mascota Vineyards son la figurita deseada en las enotecas?

Es un emprendimiento pasional, serio y con mucho empuje, que expresa lo mejor del viñedo denominado La Mascota, en el corazón de Cruz de Piedra, Maipú, bien pegadito al río Mendoza. La más sentida sorpresa es que de allí han salido sorprendentes cabernet de máxima calidad. A partir de este varietal enjundioso empezamos a pergeñar nuevas ideas desde ese viñedo, en combinación con uvas del Valle de Uco. Así, consolidamos una línea vínica de excelencia que nos hizo fuertes en el mercado externo. Por eso dejamos un puchito para el mercado local: vendemos en lugares puntuales, exclusivos.

¿Tus vinos entran en la categoría “de autor ?

Diría que son “de autores , pues hay muchos profesionales que secundan el proyecto. Mi misión como enólogo es estar al tanto de todo lo que ocurre en el viñedo a lo largo del año, siempre en compañía de eximios ingenieros agrónomos. Todos sabemos a la perfección las labores que se realizan y participamos activamente, incluso, en la decisión del diseño de las etiquetas.

Rodolfo 'Opi' Sadler

Es uno de los enólogos más premiados de la Argentina. Con 30 años de trayectoria, lleva las riendas del proyecto vitivinícola de alta gama Mascota Vineyards, un emprendimiento personal orientado al mercado internacional (tiene presencia en más de 35 países, como los Estados Unidos, Dinamarca, Suecia, China, Reino Unido y Brasil) que actualmente se consigue en exclusivos canales de la Argentina. La bodega fue reconocida como el Mejor Productor de Vinos de Argentina en 2014 en la prestigiosa International Wine & Spirits Competition (IWSC). La Mascota Cabernet Sauvignon 2016 fue distinguido como el Mejor Tinto del planeta en el concurso Vinalies Internationales 2018.

¿Cuál es la uva con mayor futuro en el país?

¡Cabernet sauvignon! Hoy le sigue bien de cerca los pasos al malbec, que nos posicionó en el mapa de la viticultura mundial. También nos empezarán a reconocer en diversas latitudes por nuestros bonarda, tannat y los ya excelentes chardonnay, que buscan su terruño apropiado para competir de igual a igual con el resto del planeta vínico.

¿Cómo ves la actualidad de la industria?

Hemos pasado años de zozobra, con poca producción. Evidentemente, el consumo cayó y los precios de los vinos se han ido por las nubes. La cosecha 2018 dará productos de calidad y cantidad. Hemos tenido una muy buena vendimia y espero que vuelvan a crecer las exportaciones. Mi anhelo es que los precios ayuden a reposicionarnos de manera competitiva. Mucha gente se volcó a otro tipo de bebidas, pero tengo esperanza de que volvamos a la senda que combine la mejor relación precio-calidad.

¿Qué legado te gustaría dejar?

Mi sueño es dejarle a las generaciones futuras muy buenos cabernet sauvignon. Quiero perfeccionarme en este cepaje para dejar mi sello. Mi deseo más ferviente que el cabernet argentino pueda equipararse al malbec en todo el mundo.

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