Mujeres influyentes

Rechazó irse afuera para ser parte de un gigante: hoy tiene un equipo de 1700 personas en un área clave

Licenciada en Sistemas, Verónica Asla tiene más de 25 años en tecnología y cumplió una década al frente del centro de exportación de servicios de EY, con más de 1700 empleados a su cargo. Integra el board de Argencon, donde participa en la comisión de Inclusión y Diversidad.

En septiembre pasado, el ministro de Economía Martín Guzmán y el de Desarrollo Productivo Matías Kulfas confirmaron la eliminación de las retenciones a la exportación de servicios producidos en el país a partir de 2022. El complejo de los servicios basados en el conocimiento (SBC) acumuló más de US$ 5700 millones en los primeros seis meses del año, solo superado por el sector oleaginoso y el cerealero. Entre los ejecutivos citados al anuncio en el Palacio de Hacienda se encontraba Verónica Asla, quien acaba de cumplir 10 años como líder del centro de Global Delivery Services de EY. Bajo su ala se encuentran más de 1700 personas que brindan soporte a las diversas firmas de la consultora alrededor del mundo.

Su interés por el mundo de la tecnología empezó en el colegio. "Teníamos clases de computación, que en ese momento se dedicaban a lo que era desarrollo de código. Ya en 3° año definí que mi vocación iba a ir por ese lado", recuerda. Por eso se inscribió en la Universidad CAECE para cursar la licenciatura en Sistemas. "Trabajaba de día y estudiaba de noche. En esas clases éramos pocas mujeres. Lo mismo persiste al día de hoy que solo entre un 15 y 20 por ciento de mujeres estudian este tipo de carreras", asegura.

Hizo sus primeras armas dando clases de codificación en su colegio y luego llegó a IBM, donde ingresó como pasante a partir de una selección de jóvenes profesionales a través de la universidad. Ahí se encargó de llevar adelante la conversión de las bases de datos de Servicio Eléctrico del Gran Buenos Aires (SEGBA) hacia Edenor. En la Big Blue tuvo como jefa a Susana Malcorra (N.d.R: Ministra de Relaciones Exteriores durante el Gobierno de Mauricio Macri).

Dejó la codificación de sistemas cuando pasó a Pirelli Cables. Durante cuatro años se encargó de la administración de bases de datos y sistemas operativos e incursionó en el mundo de la consultoría SAP. Pero el quiebre se produjo cuando la convocaron desde la compañía francesa de IT, Atos, que en ese momento se llamaba Origin. "Diría que mi carrera de liderazgo se desarrolló dentro de Atos gestionando nuevas áreas. Al cabo de 11 años quedé a cargo de toda la operación en el país como COO y también como acting CEO durante algunos meses", indica.

Sin embargo, en 2011 tras la fusión de Atos con Siemens IT Solutions and Services se produjo un cambio. La nueva compañía se reorganizó y le ofrecieron un puesto regional para llevar adelante la operación de México hacia abajo. "Evalué que no era compatible con mi vida personal. Si bien habían sido muy flexibles conmigo, en ese momento yo tenía tres chicos chiquitos", comenta. Durante cinco meses no trabajó e incluso pensó en volverse emprendedora, no obstante llegó una oportunidad que se conectaba con esa idea.

La consultora EY le ofreció poner la piedra fundacional de su centro de servicios en Buenos Aires. "Era 2011, en pleno momento de elecciones y como siempre el entorno macro de la Argentina era inestable. Entonces una de mis primeras preguntas para ellos era si era un proyecto de largo plazo", rememora. Ya pasó una década desde aquellas diez entrevistas antes de finalmente asumir como líder del área. Según cuenta, el centro GDS creció a un ritmo de entre 20 y 25 por ciento anual, proveyendo servicios principalmente a Estados Unidos y México.

"El equipo más grande que tenemos liquida impuestos, tanto de personas como también empresas y ONGs. El segundo es el de tecnología, donde tenemos alrededor de 600 profesional que soportan las aplicaciones de EY en todo el mundo. A su vez, la cloud de la empresa se creó y se mantiene desde acá", detalla. Desde 2018 su unidad se escindió de la práctica local y actualmente funciona como una entidad separada.

Hoy la compañía tiene más de 600 posiciones abiertas, aunque Asla asegura que el centro podría ser dos o tres veces más grande. "Cada vez hay más demanda. El único inconveniente con el que nos encontramos es que el 100 por ciento de nuestras personas tienen que ser bilingües en inglés y eso a veces es una traba", apunta.

Por otro lado, la ejecutiva resalta que su principal tarea hoy es "evangelizar sobre la economía del conocimiento como sector estratégico del país". Por eso ocupa un lugar en el directorio de Argencon, entidad que nuclea a las empresas de este segmento. Desde ahí también se ocupa de promover el talento femenino a través de la comisión de Diversidad e Inclusión.

"Nuestra actividad se orienta a ir a la base. Ir a los colegios para contar sobre las carreras STEM y mostrarles a las chicas que un trabajo en el mundo de la tecnología se presenta como flexible, con posibilidad de manejar los horarios y compatibilizarlo con la vida familiar, buenos salarios y probablemente exposición internacional. Nuestra idea es difundirlo en ese nivel de educación media para que haya más mujeres que opten por este tipo de carreras".

Sobre el anuncio de la eliminación de las retenciones, analiza: "Creo que tiene que ver más con que el sector está identificado como estratégico en la economía. El talento argentina permite incrementar el número (N.d.R: en volumen de exportaciones) sustancialmente". A pesar de eso identifica a la brecha cambiaria como uno de los principales obstáculos. "Desalienta a los jóvenes a trabajar para empresas formales. La demanda creo que por unos años ya está asegurada".

La versión original de esta nota se publicó en el número 335 de revista Apertura.

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