La "profecía del coco" que marcó el destino del ron más vendido del mundo y la familia Bacardí
Facundo Bacardí Massó fundó la empresa en 1862 y se expandió de Cuba al mundo. Cómo construyó su éxito hasta convertirse en una multinacional.
El ron, conocido en la cultura popular como la bebida predilecta de marineros y piratas, no era fácil de tomar. El responsable de convertirla en un trago suave y ligero fue don Facundo Bacardí Massó, un español que revolucionó la categoría desde su pequeña destilería en Cuba. Hoy la familia del murciélago sigue teniendo participación en el gigante espirituoso a más de 160 años de la creación de la marca.
El 4 de febrero de 1862 Bacardí Massó, de 47 años, compró una destilería en Santiago de Cuba. Ahí perfeccionó el proceso de destilación al fermentar con delicadeza la caña de azúcar para hacer ron.
El murciélago y la profecía del cocotero
Le encargada detrás de la icónica simbología de Bacardí fue su esposa, Amalia. Ella encontró una colonia de murciélagos de la fruta colgando de una de las vigas de la destilería. Estos eran considerados como un símbolo de buena salud, unidad familiar y buena fortuna por los taínos, la tribu originaria de Cuba. Entonces la compañía los adoptó como imagen de su marca.
En tanto, su hijo, Facundo Bacardí Moreau, construyó un mito dentro del clan. Al frente de la destilería plantó un cocotero al cual llamaron El Coco. "La compañía Bacardí sobrevivirá en Cuba, mientras el cocotero viva", rezaba la profecía. La palmera aguantó incendios, terremotos y huracanes y se mantuvo firme delante de la planta.
La primera multinacional cubana
Por otro lado, el negocio continuaba en alza. Para 1888 el ron Bacardí se había transformado en el favorito de los ricos y famosos al ser nombrado como proveedor de la Casa Real de España. A esto se le sumó la creación de dos bebidas icónicas como el Daiquiri (1898) y el Cuba Libre (1900).
La firma fue la primera en abrir operaciones fuera de Cuba con su embotelladora en Barcelona, España, en 1910. Poco después inauguraron otra planta en Nueva York, sin embargo esta cerró tras la sanción de la Ley Seca. A pesar del golpe inicial, Bacardí aprovechó esto para promocionar a Cuba como destino turístico. La compañía inundó la Gran Manzana con carteles publicitarios que invitaban a los estadounidenses a realizar un "escape tropical" a la isla para disfrutar sus playas y beber ron.
El mando de Bacardí pasó de Bacardí Moreau, que murió en 1926, a Pepin Bosch, yerno de Amalia, una de las hermanas del fallecido empresario. Bajo su mandato se inauguró el rascacielos Edificio Bacardí en La Habana y debutaron las destilerías de México y Puerto Rico. Esta última hoy es la principal usina productiva de la compañía y es conocida como "la catedral del ron".
Expansión de portfolio
En 1960 la profecía se cumplió. Ese año el cocotero murió y el gobierno revolucionario cubano incautó todos los activos de la empresa en Cuba. La familia se exilió y estableció la sede de Bacardí International en Bermuda para tender puentes entre Europa y los Estados Unidos.
Bacardí emprendió un proceso de adquisiciones en los 90. Primero compró General Beverage, dueña de Martini, en 1993 y duplicó su tamaño. Dos años después desembarcó en la Argentina al darle la licencia para comercializar sus marcas a Sava (hoy conocida como Grupo Cepas).
El shopping de marcas continuó en los años siguientes. En 1998 se quedó con el whisky Dewars y el gin Bombay, en 2004 compró el vodka Grey Goose y en 2018 incorporó el tequila ultra premium Patrón.
Hoy la familia Bacardí sigue manejando una parte del holding de bebidas. El lord Luis Bacardí murió en 2005 y a sus herederos les dejó un 6% de Bacardí Limited. La marca todavía lidera el segmento de ron con más de 150 millones de cajas (de 9 litros cada una) vendidas en 2021.
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