La increíble historia de ICQ, el "Whatsapp" de los 2000 que resiste en Rusia y Hong Kong
Pasó de ser uno de los pioneros en el mundo de los chats a desaparecer de sus principales mercados. Cómo nació el chat boom de los 90.
Si bien hoy Whatsapp es el servicio de mensajería más popular, con alrededor de 2000 millones de usuarios en el mundo, a principios de los 90 la conversación digital aún estaba en pañales. En esa época surgió un jugador pionero que cautivó a los internautas y alcanzó las 100 millones de cuentas a nivel global. Muchos aún recuerdan los clásicos sonidos de ICQ, sin embargo su popularidad se desinfló y no logró sobreponerse al boom de los chats.
Los israelíes Yair Goldfinger, Amnon Amir, Sefi Visiger y Arik Vardi se conocieron en las oficinas de Zapa Digital Arts, una compañía especializada en herramientas gráficas 3D. Cuando la empresa recibió una importante inyección de capital, ellos esperaban recibir stock options por su trabajo, pero eso no sucedió. Entonces el grupo decidió unirse y renunciar al mismo tiempo. Ya desempleados se juntaron a jugar al ping pong y pensar qué podían hacer con sus vidas.
Entre punto y punto, los cuatro charlaron sobre qué tipo de proyecto podían encarar. Para intensificar el brainstorming decidieron encerrarse en una habitación durante tres semanas para ponerse de acuerdo en una idea. Llegaron a la conclusión de que estaban cansados de los emails sin sentido. "Vamos a crear una manera más rápida y directa para comunicarse", dijeron.
A trabajar
Vardi se ocupaba de escribir el código, Goldfinger armó la base de datos y Visiger se encargó de la interfaz. Amir solo estuvo dos meses en el proyecto y lo abandonó para hacer una maestría.
Pero necesitaban capital, entonces recurrieron a Yossi Vardi, padre de Arik y un reconocido empresario e inversor en Israel, quien aportó u$s 100.000. Para conducir el emprendimiento crearon una empresa a la cual llamaron Mirabilis, que no solo hacía referencia a una flor, sino que en latín se traduce como "milagro". Después de tres meses de trabajo ya tenían listo su programa y lanzaron oficialmente ICQ en noviembre de 1996.
Primero se lo recomendaron a algunos amigos, luego se extendió boca a boca y a los siete meses contaba con 1 millón de usuarios. El equipo armó las valijas y se mudó a California, donde la conexión a internet era más barata, para seguir desarrollando el producto. En 1998 ICQ amasaba una comunidad de alrededor de 12 millones de usuarios.
Por qué tuvo éxito
Uno de sus grandes diferenciales fue la falta de competencia. El servicio de mensajería instantánea de AOL (AIM) salió en 1997, el chat de Yahoo debutó en 1998 y al año siguiente recién apareció el MSN.
A esto se le sumaban algunas características propias del programa, como la posibilidad de ver en tiempo real lo que los usuarios escribían, el modo invisible y la opción de enviarle mensajes a cuentas offline. Pero el principal diferencial era que era un servicio gratuito. ICQ no tenía modelo de negocios y sus fundadores tampoco tenían diagramado un plan para empezar a generar ingresos.
La estadounidense America Online (AOL) posó sus ojos sobre ICQ para potenciar su pata de mensajería. Desde la compañía llamaron a Yossi Vardi para que fuera a sus oficinas con la intención de comprar la empresa israelí. Sin embargo, el inversor rechazó la propuesta de u$s 225 millones. Unos meses después, el holding volvió a la carga y se quedó con la firma por u$s 287 millones y un plus de u$s 120 millones por performance.
Cambiar el chip
El equipo fundador continuó a cargo de la marca tras la operación. No obstante, AOL les planteó un desafío: generar ingresos con ICQ. En 1999 lanzaron la primera versión con anuncios con la opción de deshabilitarlos. También planeaban hacer alianzas con marcas y empresas para que se pudiera comprar productos a través del chat. Poco después el trío abandonó la compañía.
Para mayo de 2001 ICQ alcanzó los 100 millones de usuarios, pero ese número marcó su declive. AOL se había fusionado con Time Warner en un deal de más de u$s 160.000 millones, pero la sinergia no salió como esperaban. La firma empezó a perder suscriptores, sus ingresos cayeron y despidió a un 40% de sus empleados.
Furor en Rusia
Con ese panorama, ICQ dejó de ser una prioridad para su casa matriz. Incluso llegó a intentar reflotar la marca asociándose con algunos productos de consumo, como una pasta de dientes o un helado con su logo. En 2010 optó por desprenderse del servicio y se lo vendió a la rusa Digital Sky Technologies (hoy conocida como VK) por u$s 187 millones.
De los 100 millones de usuarios que ostentaba en 2001, solo quedaron 11 millones, según reportó VK en 2016. Rusia es uno de los países en los que aún hoy ICQ sigue siendo popular. En 2021 también ganó lugar en Hong Kong luego de que Whatsapp cambiara algunas condiciones de privacidad.
En el mercado ruso hasta existía un mercado de subasta de números de identificación para las cuentas de usuarios (UIN, por sus siglas en inglés). Los primeros registrados contaban con secuencias de cinco números y la cifra iba creciendo a medida que se sumaban más personas a la red. Al final algunos tenían UIN de hasta 13 dígitos, entonces las secuencias más bajas tenían su valor. Se llegó a pagar u$s 400 por un UIN de seis números.
Pero más allá de su peso dentro del movimiento de la mensajería instantánea, ICQ tuvo otro rol en el surgimiento de Israel como cuna de startups. Su éxito incentivó a otros jóvenes a crear empresas que luego se transformaron en ideas millonarias y esto es conocido como "el efecto Mirabilis". Aseguran que este chat fue punta de lanza para llevar al mercado israelí a ser considerado la Startup Nation.
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