Así nació la idea

Se inspiró en la mala conexión en Argentina y creó una app que compraron por u$s 19.000 M: la increíble historia de WhatsApp

Jan Koum fundó la aplicación de mensajería instantánea en 2009 tras un viaje por Europa y Sudamérica. Se inspiró en los problemas de Argentina para crear la app.

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No eran dos jóvenes entusiastas con ganas de lanzar su propio emprendimientos, sino dos experimentados con varios años de trayectoria en el mundo tecnológico. Salieron a combatir al mundo de la telefonía y los SMS con una opción conectada a internet y lograron captar la atención de Facebook por u$s 19.000 millones. Hoy WhatsApp forma parte de la vida cotidiana de casi todo el mundo con más de 2000 millones de usuarios a nivel global, pero su historia tiene apenas poco más de una década.

Jan Koum nació en 1976 en Kiev, Ucrania, pero se mudó a los Estados Unidos junto a su madre tras la caída del comunismo en Europa oriental. Se volvió un autodidacta de la programación y empezó a estudio en la Universidad del Estado de San Jose, sin embargo al poco tiempo la abandonó para centrarse en su trabajo.

Jan Koum (derecha) durante sus días como estudiante universitario.

Su primer empleo fue como parte del equipo de seguridad de Ernst & Young, donde conoció a Brian Acton, mientras trabajaba en un proyecto para Yahoo! Acton lo convenció de que aplicara para la tecnológica y ahí trabajaron juntos durante casi una década hasta que renunciaron en 2007. Ambos emprendieron un viaje por Europa y Sudamérica y, en parte, durante esas vacaciones surgió la semilla de lo que luego se convertiría en un negocio millonario.

La inspiración argentina

"En 2008, empecé a viajar mucho, estuve en la Argentina, Rusia, Ucrania, Hungría, Israel, un montón de países, fui y vine durante dos o tres meses y durante ese tiempo me costaba mantenerme en contacto con mis amigos", contó Koum, en diálogo con la Universidad de Stanford. Y agregó: "Durante mi estadía en la Argentina era muy difícil conseguir que la gente me llame o llamar a otras personas. Conseguí una tarjeta SIM pero no pude entender cómo hacer para que me llamen, los códigos de marcación y ¡los prefijos son tan complicados!".

Brian Acton y Jan Koum, fundadores de WhatsApp

Tras un tiempo sabático Acton y Koum sabían que tenían dos opciones: volver a trabajar o crear su propia empresa. Optaron por la primera y aplicaron para entrar a Facebook, pero no tuvieron éxito. Entonces solo quedaba un camino.

Koum recordó lo difícil que le resultaba comunicarse con sus amigos y familiares en Ucrania durante sus primeros años en los Estados Unidos, además de su caótica experiencia en Sudamérica. Quería mejorar la accesibilidad comunicacional a través de mensajes y llamadas, aunque, en lugar de usar la red telefónica, él utilizaría la conexión de red.

Fundación y decepción inicial

Primero habló con su amigo Alex Fishman, ex ingeniero de Apple, quien lo contactó con el desarrollador ruso Igor Solomennikov para que lo ayudara a armar la aplicación. En una etapa inicial la app serviría para conocer el estado de los contactos, los cuales podrían sumarse solo utilizando su número telefónico. Koum fundó Whatsapp de manera oficial en febrero de 2009, no obstante los resultados no fueron los esperados.

Tuvo que esperar hasta junio para que la app explotara. El disparador del boom fue la actualización que realizó Apple para las notificaciones push de iOs. Koum modificó WhatsApp para que enviara notificaciones cada vez que un contacto cambiaba su status y a partir de ahí los usuarios empezaron a utilizarla para avisarle a los demás lo que estaban haciendo. A fines de 2009 se sumó Acton tras convencer a cinco ex colegas de Yahoo! para que invirtieran u$s$ 1,2 millones en una ronda seed.

Sin anuncios, sin trucos

En unos meses la aplicación alcanzó los 250.000 usuarios. "Sin anuncios, sin juegos, sin trucos" firmó Acton en un cartel pegado en las oficinas de la compañía - un depósito remodelado con cubículos sobre Evelyn Ave. Este mantra fue una de las principales razones por las que evitaban reunirse con cualquier fondo de inversión, ya que creían que estos iban a empujarlos a sumar publicidad. Finalmente acordaron recibir una inyección de u$s 8 millones por parte de Sequoia Capital a cambio del compromiso de no obligarlos a incurrir en ese modelo.

Si bien comenzó como una app gratuita, luego pasó a tener un costo de u$s 1 por única vez al momento de descargarla. Tras la segunda ronda de Sequoia - u$s 50 millones - en 2013 otra vez cambiaron por un modelo de suscripción (primer años gratis y fee mensual de u$s 1). Por otro lado fueron sumando features, como la posibilidad de enviar fotos y archivos y armar chats grupales.

El éxito de la firma llamó la atención de Facebook (hoy conocida como Meta) que en 2014 desembolsó u$s 19.000 millones por al app de mensajería instantánea. Koum y Acton lograron incluir en el contrato una cláusula que obligaba a la compañía fundada por Mark Zuckerberg a consultarles cualquier tipo de decisión relacionada con la monetización de Whatsapp.

Una sociedad que no funcionó

Uno de los primeros cambios bajo la nueva administración fue la gratuidad total del servicio a partir de enero de 2016. A su vez, anunciaron la encriptación total de punta a punta para los mensajes. Sin embargo la sociedad entre los fundadores de la aplicación y Facebook no duró mucho tiempo.

En 2017 Acton se alejó de la empresa tras un desacuerdo sobre cómo monetizar WhatsApp, a pesar de que esto le significaba perder u$s 850 millones en beneficios. En tanto, Koum anunció su salida en abril del año siguiente luego del escándalo sobre la privacidad de los usuarios con Cambridge Analytica. Hoy Acton forma parte del directorio de Signal Fundation, una compañía especializada en mensajería instantánea encriptada, y en enero de 2022 asumió como CEO interino.

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