Su historia

El danés que trajo la margarina al país y conquistó a todos con su jingle: el origen de Dánica Dorada

Christian Boll creía que la margarina local era de baja calidad, entonces decidió producirla con los estándares de Dinamarca. Quiénes manejan la marca hoy.

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"Dánica dorada, Dánica dorada. Era para untar, era para untar", repetía la niña mientras saltaba la soga. Su madre la había mandado al almacén del barrio a comprar margarina y así logró no olvidarse el pedido. Este histórico spot colocó a Dánica en el imaginario popular y la volvió la principal marca del segmento en el mercado argentino. Su origen estuvo marcado por la porcelana danesa, la guerra mundial y una idea innovadora.

Christian Boll había nació en Dinamarca en 1887, pero emigró joven a la Argentina junto a su esposa, Karen. Ya instalado en el país se dedicó al negocio lechero, primero en la localidad cordobesa de Freyre en 1915 y tres años más tarde se trasladó a Saguier, en Santa Fe. El principal motivo detrás de este movimiento era logístico, ya que ahí se encontraba cerca de la estación de tren para abaratar costos en el traslado de la manteca y caseína que producía.

Con el tiempo Boll fue aumentando su relevancia dentro de la industria láctea. Poco a poco incorporó más cremerías a su red hasta alcanzar 14 en total. Pero un día notó que la calidad de la margarina elaborada en Argentina no se acercaba a la que conocía de su país natal. En estas latitudes la producían utilizando grasa, mientras que en Dinamarca usaban aceites hidrogenados como materia prima. Y Boll se propuso cambiar esto.

El nacimiento de Dánica

En diálogo con Región Oeste, su hijo Ernesto Boll contó los primeros pasos de la compañía. Según su relato, en 1939 Boll decide producir su propia margarina y viaja a Dinamarca para comprar la maquinaria. Sin embargo, poco después estalló la Segunda Guerra Mundial y si bien el emprendedor logró regresar al país, el conflicto retrasó la llegada de las líneas. Una vez finalizada la guerra, las maquinarias arribaron a la Argentina y Boll instaló su fábrica en Llavallol, provincia de Buenos Aires.

La fábrica de Lavallol funciona desde los inicios de Flora Dánica

El nombre, Flora Dánica, estaba inspirado en una marca de porcelana danesa, la cual llevaba ese mismo nombre. Al principio la planta solo elaboraba aceites hidrogenados y actuaba como proveedora de varias industrias, desde galletitas hasta caramelos. La demanda era tal que el lanzamiento de la margarina se demoró varios años. Recién en 1963, con Ernesto Boll al frente de la compañía, se presentó en el mercado Dánica Dorada.

La historia detrás del spot

En los 70 se produjo la aparición del recordado spot televisivo que popularizó la marca. "Lo que pasó en ese momento es que a nadie en la industria lechera se le había ocurrido hacer propaganda con alguno de sus productos. Nadie hacía propaganda y fue así como me gasté los últimos centavos para hacer esa campaña publicitaria, una campaña importante y que tuvo muchísimo éxito; a decir verdad tuvimos mucha suerte", recordó Boll en la ya mencionada entrevista.

De la margarina a los aderezos

Luego amplió su enfoque hacia otros productos. En 1974 lanzó su marca de mayonesa y el negocio creció tanto que para 1987 decidieron abrir una planta en San Luis solo dedicada a la elaboración de aderezos. Dentro de ese segmento hoy opera las marcas Dánica, D'fiesta y Mayodan no solo con mayonesas, sino también kétchup, salsa barbacoa, salsa golf y mostaza. En tanto, en margarinas cuenta asimismo con la etiqueta Manty.

En la última década la empresa atravesó una serie de cambios. En 2011, Alfredo Boll, otro de los hijos del fundador, le vendió la compañía familiar al holding brasileño BRF. Este conglomerado desembolsó u$s 150 millones ese año para hacerse con Dánica y Avex, procesadora avícola

La firma estuvo siete años bajo el mando brasileño hasta que en 2018 le vendieron Avex Dánica al grupo frigorífico Beltrán, que se hizo cargo de ambas plantas de la marca. Desde 2020 la compañía vivió varios conflictos, cierres y aperturas.

En abril de 2020 anunció que bajaba la persiana de su planta en Lavallol por los costos laborales y un dilatado conflicto gremial. Poco después confirmaron su reapertura y en octubre volvió a dejar de operar por tiempo indeterminado. Por su parte, la de San Luis también cerró en abril del año pasado, aunque en mayo volvió al trabajo.

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