Construyó un imperio pero todo se desplomó en medio de un escándalo: auge y caída de Parmalat
En 2023 se cumplirán 20 años de su crisis y bancarrota. Cómo pasó de ser un gigante lácteo a protagonizar uno de los engaños más grandes de la historia corporativa.
Calisto Tanzi nació y murió en Parma. Ahí fundó su emprendimiento y lo convirtió en una multinacional con 146 fábricas en el mundo. También vio cómo su empresa se desmoronaba envuelta en uno de los mayores escándalos corporativos de la historia. A la Argentina llegó en los 90, pero su crisis internacional la hundió y aunque intentó un regreso con otro dueño, recientemente anunció su despedida (por ahora) definitiva.
Parmalat ascendió hasta convertirse en un gigante alimenticio mundial, pero su desplome impactó no solo en el mundo lácteo, sino que también dejó secuelas en la industria del entretenimiento, la banca, el turismo y el deporte.
En 1961 Calisto Tanzi, que había abandonado los estudios, se hizo cargo de la planta de pasteurización que había fundado su abuelo en la ciudad de Collecchio, en Parma. Cuatro años después se expandió con productos lácteos de rebaños certificados como libres de tuberculosis.
Su emprendimiento escaló hasta transformarse en un gigante de la industria lechera. A su vez, Tanzi puso un pie en otros rubros mediante grandes adquisiciones financiadas con la emisión de bonos. Compró el canal de televisión Odeon, creó la firma turística Parmatour y se convirtió en dueño de varios clubes de fútbol, entre ellos Parma AC, que contaba en sus filas con los argentinos Hernán Crespo y Juan Sebastián Verón.
Parmalat en la Argentina
La compañía desembarcó en el mercado argentino en 1992. Primero alquiló la planta de La Vascongada en la Ciudad de Buenos Aires y le compró sus marcas (los postres Sandy y la línea La Vascongada). La competencia no era sencilla, se enfrentaba a dos players de peso como La Serenísima y SanCor. Por eso desembolsó u$s 5 millones para abrir su planta propia en Pilar, donde pasó a elaborar yogur, postres, leche, bebidas lácteas y preparados para helado.
A esto se le sumó un hit de marketing impensado con la campaña "Mamíferos". Este spot que tenía a un grupo de niños disfrazados de animales se concibió en Brasil y repitió su éxito en la Argentina. Llegó a tal punto que la empresa lanzó una colección de peluches basados en los protagonistas de la publicidad.
En noviembre de 1998 oficializó la compra del grupo Lactona, dueño de la marca Gándara. Y así Parmalat se plantó como un jugador a tener en cuenta en el mercado local. Sin embargo, su imperio se desmoronó a fines de 2003.
Crisis y debacle
El Bank Of America destapó la olla. La entidad negó que Bonlat, subsidiaria de Parmalat, tuviera 3950 millones de euros en su cuenta y aseguró que los documentos presentados por la empresa láctea eran falsos. Luciano Del Soldato, CFO de la compañía, renunció y poco después Tanzi dejó sus cargos de chairman, CEO y miembro del directorio.
Al momento de su caída Parmalat contaba con 36.200 empleados y 146 fábricas en 30 países. En tanto, cargaba en su espalda con una deuda de 2000 millones de euros en préstamos bancarios y de 4000 millones de euros con sus bonistas.
Antes de fin de año la empresa fue declarada insolvente y Tanzi fue arrestado junto a varios ejecutivos. PriceWaterHouseCoopers descubrió que Parmalat había inflado su facturación y Ebitda y estimó que su pasivo total podría alcanzar los 13.000 millones de euros. Se calcula que esto afectó a alrededor de 100.000 bonistas.
La crisis de la firma láctea también llevó a la quiebra del Parma AC, que se reestructuró como Parma FC. Y el universo entero de subsidiarias de Parmalat se reorganizó en una nueva sociedad en octubre de 2005.
En la Argentina, el empresario Sergio Taselli compró sus activos en 2004 y se presentó en concurso con una deuda de $ 230 millones. Desde 2011 la antigua planta de Parmalat está en manos de Inversiones para el Agro (Ipasa) que relanzó la marca Gándara.
Una secuela que no funcionó
Tanzi fue condenado a 10 años de prisión por varios cargos, entre ellos manipulación de mercado y bancarrota fraudulenta. En 2011 extendieron su pena a 17 años. El 1 de enero de 2022 murió en un hospital en Parma a los 83 años.
La francesa Lactalis desembolsó u$s 3600 millones en 2011 para quedarse con la mayoría accionaria de Parmalat. Cuatro años más tarde, el grupo puso un pie en la Argentina tras adquirir a la mexicana Esmeralda que contaba con una fábrica de quesos en Díaz, provincia de Santa Fe.
Los nuevos dueños de Parmalat decidieron relanzar la marca con una pequeña producción de quesos, crema de leche y queso crema orientado al sector HoReCa. Y poco después volvieron a tener presencia en góndola. Sin embargo, en septiembre de 2022 Lactalis decidió vender su planta y oficinas en la Argentina.
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