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Lo que prometía ser un fin de semana ideal de playa en la ciudad de Nueva York terminó con cierres preventivos y tensión en la costa.

Avistamientos repetidos de tiburones obligaron a suspender el acceso a algunas de las playas más populares de la ciudad durante las celebraciones del 4 de julio y durante el último fin de semana.

Rockaway Beach cerrada por tiburones: qué pasó

En Rockaway Beach, ubicada en Queens, se reportaron cuatro avistamientos consecutivos de tiburones desde el jueves hasta el pasado domingo. Las autoridades activaron los protocolos de seguridad y cerraron secciones de la playa para evitar cualquier incidente con los bañistas.

El primer avistamiento ocurrió el jueves por la tarde, seguido de otro el viernes por la mañana. Pero la situación escaló el sábado al anochecer, cuando un tiburón fue visto nadando a apenas 30 metros de los veraneantes, cerca de la playa 113. Esa noche, la playa permaneció cerrada hasta el final del día.

El domingo por la tarde, un dron del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) detectó un nuevo tiburón en la playa de la calle 102, activando nuevamente el protocolo de cierre.

Mordedura en Long Island: otra señal de alerta

Más allá de la ciudad, las autoridades del estado de Nueva York investigan un posible ataque de tiburón ocurrido el 25 de junio en Jones Beach, Long Island.

La víctima, una joven de 20 años, sufrió cortes leves en una pierna y el pie izquierdo, y se cree que fue mordida por un tiburón joven.

Recomendaciones para los bañistas

Ante el aumento de avistamientos, las autoridades recomiendan a los visitantes:

  • Respetar los avisos de cierre de playa.

  • Evitar nadar en horarios cercanos al amanecer o al atardecer.

  • No ingresar al mar si hay peces muertos o aves marinas en la zona, ya que pueden indicar presencia de depredadores.

¿Por qué están apareciendo más tiburones cerca de Nueva York?

Expertos creen que los cambios en las temperaturas del agua, el aumento de bancos de peces y la recuperación de especies marinas podrían explicar la creciente presencia de tiburones cerca de la costa neoyorquina. Aunque los ataques son extremadamente raros, la vigilancia continuará durante todo el verano.