El Vaticano acaba de confirmarlo: la Iglesia Católica prohíbe esta práctica a todos los creyentes del mundo
Una nueva declaración oficial deja sin efecto una práctica cada vez más solicitada por quienes deciden alejarse de la fe.
El Vaticano emitió un documento oficial que aclara una cuestión sensible para muchos fieles y exfieles: no es posible eliminarse del Registro Bautismal. La Iglesia Católica considera que este sacramento constituye un hecho histórico y no admite su cancelación bajo ninguna circunstancia.
La aclaración fue firmada por el prefecto y el secretario del Dicasterio para los Textos Legislativos. Ambos señalaron que todos los sacramentos posteriores dependen del Bautismo, por lo que su registro debe preservarse de forma íntegra y permanente.
Si bien la Iglesia reconoce el derecho de cualquier persona a abandonar la fe católica, deja en claro que el Registro Bautismal no puede ser modificado ni suprimido. El acto puede ser renunciado, pero no borrado del archivo eclesiástico.
La Iglesia Católica prohíbe eliminar el Registro Bautismal
La doctrina católica sostiene que el Bautismo es el primer y más fundamental de los sacramentos. Por eso, su recepción queda registrada en documentos oficiales que no pueden alterarse, salvo en caso de errores de transcripción. Así lo establece el Derecho Canónico.
El registro no funciona como una lista de miembros, sino como una constancia jurídica de un acto sacramental. Permite verificar si una persona fue bautizada, algo esencial para determinar si puede recibir otros sacramentos como el Matrimonio o la Confirmación.
Desde esta perspectiva, eliminarse del Registro Bautismal sería suprimir una prueba objetiva de un hecho religioso. La Iglesia considera inválido todo intento de repetir el Bautismo, y solo lo permite sub conditione cuando hay dudas razonables sobre su administración previa.
Qué permite el Vaticano y qué no en relación al Bautismo
Aunque no se permite cancelar el Bautismo del registro, sí está contemplada la posibilidad de expresar formalmente la decisión de abandonar la Iglesia. Este acto, llamado actus formalis defectionis ab Ecclesia Catholica, puede incorporarse al mismo registro.
La inclusión de esta declaración no borra el hecho del Bautismo, pero deja constancia de la voluntad personal del interesado. De este modo, la Iglesia respeta el libre albedrío sin modificar sus documentos sacramentales.
Además, se reafirma la obligación de conservar los registros parroquiales como instrumentos de seguridad jurídica y pastoral. En la administración del Bautismo se recomienda también contar con testigos, aunque su testimonio no reemplaza al documento oficial.
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