Cambia la Iglesia Católica: la decisión del papa Francisco que modifica las misas para siempre y está por volverse obligatoria
Descubre de qué se trata esta nueva normativa de la Santa Sede y quiénes se verán afectados.
El Vaticano avanza con nuevas directrices litúrgicas que modificarán la manera en que se celebran las misas en distintas diócesis del mundo. Las medidas surgen a partir de una carta apostólica emitida en 2021 por el papa Francisco, que busca ordenar y unificar ciertas prácticas dentro de la Iglesia.
En Estados Unidos, la arquidiócesis de Detroit confirmó que comenzará a aplicar de forma concreta estos lineamientos, que entrarán en vigor en julio de 2025. La decisión ya fue comunicada a los sacerdotes locales y marca un cambio significativo en relación con lo permitido hasta ahora.
Si bien algunas excepciones serán contempladas, la mayoría de las parroquias deberán adaptarse a una nueva modalidad que modifica el lugar y la forma en que pueden celebrarse ciertas misas.
¿Qué cambia con la decisión del Papa Francisco?
La medida establece que ya no se podrá celebrar la Misa Tradicional en Latín dentro de las iglesias parroquiales. Según la carta Traditionis Custodes y una aclaración posterior del Vaticano en 2023, solo la Santa Sede puede autorizar esta liturgia, que deberá trasladarse a espacios no parroquiales, como capillas o santuarios.
En el caso de Detroit, el arzobispo Edward Weisenburger confirmó que los permisos actuales vencerán el 1 de julio de 2025 y no serán renovados. No obstante, se mantendrá la celebración en lugares específicos como el Santuario de San José, y se habilitarán nuevas sedes para su práctica en cada región de la arquidiócesis.
Este cambio sigue una línea que otras diócesis en Estados Unidos también comenzaron a implementar desde 2023, cumpliendo con las disposiciones del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
¿Cómo afectará a los fieles y qué opciones tendrán?
Las personas que deseen asistir a la Misa Tradicional en Latín deberán hacerlo en los espacios designados por las diócesis, fuera de las parroquias. Si bien estas misas seguirán permitidas, ya no formarán parte de la vida litúrgica habitual de las iglesias locales.
La decisión busca reducir excepciones concedidas por obispos en años anteriores y reafirma que solo el Vaticano puede otorgar autorizaciones para esta forma litúrgica. En Detroit, las autoridades eclesiásticas aseguraron que anunciarán próximamente los nuevos lugares donde esta misa continuará celebrándose.
Aunque la medida ha generado distintas reacciones dentro de la Iglesia, el objetivo del Vaticano es avanzar hacia una mayor cohesión en las celebraciones y limitar el uso de formas litúrgicas anteriores al Concilio Vaticano II.
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