El Gobierno está muy desilusionado y molesto con el campo. Y el campo lo está con el Gobierno. Decir que se trata de una relación rota tal vez es demasiado, pero sí es cierto no solo que hoy la situación está muy lejos de ser la ideal, sino que además no tiene nada que ver con lo que ambos esperaban de la otra parte cuando Javier Milei asumió la presidencia.