Si bien la marca lleva el nombre del patriarca de la familia, fueron sus sucesores quienes se encargaron de crearla y le aportaron sus rasgos distintivos. Johnnie Walker es el whisky top de Escocia y el más vendido con casi 127 millones de litros en 2020, según The Spirits Business.

En sus más de 200 años de historia, esta bebida no solo se destacó por su sabor sino por algunas innovaciones por fuera del líquido que la distinguieron de la competencia, como su forma, etiqueta y logo.

John Walker no tuvo una infancia fácil. En 1819, con solo 14 años, sufrió la pérdida de su padre, quien estaba encargado de la granja familiar. Tuvo que sobreponerse rápido y al año siguiente decidió vender su parcela y usó ese dinero para comprar un almacén en Kilmarnock, una localidad al oeste de Escocia.

Todos los comerciantes de la zona, además, vendían un stock de whisky del que se aprovisionaban, pero a Walker le gustaba jugar con los blends y pronto se hizo conocido por el producto que vendía.