Ford invierte u$s 80 millones más en la Argentina para fabricar motores de última generación
Los nuevos motores saldrán de la planta de Pacheco en 2024. Con este nuevo desembolso, el proyecto de desarrollo de la nueva pick-up Ranger sube a u$s 660 millones. Por qué el óvalo decidió esta nueva inversión
Ford invertirá u$s 80 millones para producir en la Argentina una nueva familia de motores de alta tecnología, que equiparán la próxima generación de la pick-up Ranger, que la automotriz del óvalo fabricará en Pacheco. Con este nuevo desembolso, el monto que insumirá el desarrollo de ese modelo aumenta a un total de u$s 660 millones.
Así lo anunciaron el presidente de Ford Sudamérica, Daniel Justo, y el CEO de la operación local, Martín Galdeano, quienes anticiparon la noticia a Sergio Massa, durante una reunión en el Ministerio de Economía, donde también participaron el Secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren; el Comercio, Matías Tombolini; el titular de Smata, el gremio de los mecánicos, Ricardo Pignanelli; y Julián Domínguez, articulador del proyecto de ley de Industria Automotriz, entre otros.
En diciembre de 2020, Ford anunció una inversión de u$s 580 millones para producir, a partir del segundo semestre de 2023, la futura pick-up Ranger, de cuyas anteriores generaciones ya produjo más de 1 millón de unidades en la planta de Pacheco desde 1996. El proyecto implicó, prácticamente, hacer a nueva la fábrica, inaugurada en 1961. Por monto es, también, la inversión más ambiciosa del óvalo en el país desde la construcción del complejo Henry Ford, lanzada a fines de la década del '50.
Ford cerró 2022 con una producción en torno a las 48.000 unidades, contra 45.000 de 2021. El volumen no fue mayor por algunos factores externos -como la falta de insumos y el conflicto en las fábricas de neumáticos- pero, fundamentalmente, por las paradas de planta necesarias para la reconversión de Pacheco, que opera a dos turnos, para el nuevo modelo.
Según el proyecto, la próxima Ranger se lanzará este año, a un régimen de producción mínimo de 60.000 unidades anuales. El 70% será para exportación, proporción de su producción actual similar a la que Ford ya despacha al resto de América latina. El objetivo es exportar el nuevo producto a más países de la región. Hoy, sus principales mercados son Brasil, méxico, Chile, Colombia y Perú, además de la Argentina, donde patentó 13.189 unidades el año pasado.
Interrumpida en 1995, Ford reactivó la producción de motores en la Argentina en 2012, como parte del programa de inversiones por u$s 250 millones para desarrollar la Ranger de ese momento y el mediano Focus (discontinuado en 2019).
La inversión anunciada este lunes, explicó la empresa, demandará una importante transformación de la planta de motores de Pacheco, incorporando las últimas tecnologías y procesos productivos globales del óvalo, así ccomo conceptos de manufactura 4.0. "La prioridad en el diseño de esta planta es entregar motores de alta calidad para los clientes de América del Sur", informó Ford. El inicio de produccion de estos propulsores será durante 2024, anticipó.
"Nos faltaba agregar a la inversión en la Ranger esta última tecnología en motores. Uno de nuestros objetivos es lograr la más amplia integración local posible de forma competitiva y eficiente", dijo Galdeano, también presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), la cámara de las automotrices radicadas en el país.
"La decisión de continuar invirtiendo en la Argentina es muy importante para Ford y está alineada con nuestro objetivo de ofrecer lo último en tecnología global a los consumidores de América del Sur", señaló, por su parte, Justo, el CEO regional.
En 2022, la industria automotriz argentina creció 23,5%, a 536.893 autos y vehículos comerciales livianos fabricados, según datos de Adefa. Las exportaciones, 322.286 unidades, justificaron el 60% y marcaron un incremento del 24,3% contra los volúmenes despachados al exterior el año anterior.
El sector alcanzó su mejor nivel en ocho años, a pesar de los problemas para la provisión de insumos derivados del control de importaciones, que afectó a las terminales y, en particular, a sus proveedores autopartistas. Otro momento crítico fue a fines de septiembre, cuando el freno a la producción de neumáticos por un tenso conflicto gremial que duró cinco meses también forzó a paralizar durante prácticamente una semana a Ford y Toyota, dos de las mayores fabricantes de vehículos del país.
Con saltos en turnos de producción y la incorporación ya a régimen de año completo de modelos cuya producción comenzó en 2022, las automotrices proyectaron para 2023 un año con un incremento del 10% al 15%, a 620.000 unidades. Es, no obstante, un escenario conservador, que contempla restricciones de insumos y dólares similares a las que tuvieron el año pasado.
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