Te sorprenderá saber dónde hay que guardar las manzanas para que no se pongan arenosas
Descubre algunos trucos para preservar el sabor auténtico de esta fruta. Entérate cuáles son.
En ocasiones, nos encontramos con manzanas que, a pesar de lucir perfectas por fuera, resultan arenosas y carentes de sabor en su interior. Aunque esta experiencia puede resultar frustrante, tiene una solución.
La textura de esta fruta experimenta cambios a través de un proceso denominado degradación celular. A medida que la manzana alcanza madurez, las células que conforman su pulpa comienzan a desintegrarse.
Este fenómeno se agrava cuando la manzana se expone a temperaturas elevadas, a la luz solar directa y a la pérdida de humedad.
En consecuencia, resulta crucial identificar el lugar perfecto para almacenarlas, no solo con el propósito de aumentar su longevidad, sino también para mantener intacta su textura. Esto contribuirá a conservar la calidad de las manzanas por más tiempo.
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El secreto mejor guardado para que tus manzanas no se vuelvan arenosas: ¡el cajón de la nevera!
El lugar óptimo para conservar tus manzanas frescas y crujientes durante más tiempo es, nada más y nada menos, el cajón de verduras de tu refrigerador.
Este compartimento proporciona condiciones óptimas para evitar el proceso de degradación celular que conduce a esa indeseada textura arenosa.
Temperatura perfecta
Almacena tus manzanas en un entorno fresco, dado que la temperatura típica del cajón de verduras fluctúa entre los 4°C y 6°C. Este intervalo resulta idóneo para conservar la frescura de las manzanas.
Oscuridad protectora
El cajón de verduras actúa como un escudo contra la luz solar, que podría dañar las manzanas. Mantenerlas en la oscuridad ayuda a conservar su calidad y evita que se descompongan rápidamente.
Control de humedad
La mayoría de los cajones de verduras vienen con un control de humedad, y este ambiente ligeramente húmedo es esencial para prevenir que las manzanas se arruguen y pierdan su textura.
Trucos para que tus manzanas duren frescas más tiempo
Existen algunos trucos extra que puedes seguir para preservar tanto su sabor como su textura:
- No las laves hasta que vayas a consumirlas. El lavado previo de las manzanas antes de almacenarlas puede incrementar la humedad en su superficie, propiciando así el desarrollo de moho.
- Utiliza un recipiente hermético. En caso de no contar con un cajón de verduras con tapa, una alternativa es almacenar las manzanas en un recipiente hermético dentro del refrigerador.
- Evita almacenarlas junto a frutas que liberan etileno. Manzanas, bananas y peras emiten etileno, un gas que acelera la maduración y descomposición. Se recomienda almacenarlas en compartimentos diferentes para evitar su mutuo impacto.
- Revisa las manzanas regularmente. Es esencial examinar las manzanas con regularidad en busca de posibles señales de deterioro, tales como manchas, golpes o indicios de pudrición.
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