El tiburón en peligro de extinción que es devorado por otro de su propia especie: se registró el primer caso en Norteamérica
Estos animales juegan un papel clave en el equilibrio de los ecosistemas marinos, controlando las poblaciones de otras especies.
En un descubrimiento impactante, se ha documentado el primer caso en Norteamérica de un tiburón en peligro de extinción siendo devorado por otro tiburón de su misma especie.
Este fenómeno, sorprendente y preocupante, ha llamado la atención de la comunidad científica y pone en evidencia la urgencia de nuevas estrategias de conservación para proteger a estos impresionantes depredadores marinos.
El tiburón devorado por otro de su misma especie
Un estudio publicado en Frontiers por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona ha documentado el primer caso mundial de un tiburón marrajo sardinero (Lamna nasus) siendo devorado por un tiburón blanco (Carcharodon carcharias).
La evidencia proviene de una etiqueta de seguimiento, colocada en una hembra preñada de marrajo sardinero, que fue ingerida y luego excretada por el tiburón blanco.
Brooke Anderson, autora principal del estudio, advierte que si esta depredación es más común de lo que se pensaba, podría agravar la situación de esta especie ya amenazada por la sobrepesca humana.
Marrajo sardinero: una especie en peligro por su lenta reproducción
El marrajo sardinero, es un animal que puede medir hasta 3,7 metros y pesar 230 kilos, y enfrenta grandes desafíos debido a su lento ciclo reproductivo.
Alcanzando la madurez a los 13 años y pariendo solo cuatro crías cada uno o dos años, su capacidad de recuperación es limitada.
Actualmente, el marrajo sardinero del Atlántico Noroccidental está en peligro según la UICN, y las poblaciones del Atlántico Nororiental y Mediterráneo están en peligro crítico.
Los investigadores señalaron dos posibles depredadores del marrajo sardinero durante esta época: el gran tiburón blanco y el marrajo común (Isurus oxyrhinchus).
Ambos son lo suficientemente grandes para atacar a marrajos maduros, pero los datos disponibles llevaron a los científicos a inclinarse por el gran tiburón blanco como el principal sospechoso.
La elección se basa en el comportamiento depredador más agresivo del tiburón blanco, que coincide con las evidencias del caso.