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En un momento de profunda reflexión para la Iglesia Católica, el Vaticano tomó una dura decisión sobre las mujeres católicas, cerrando temporalmente la puerta a su ordenación como diáconos.

Esta resolución, publicada en ACI Prensa, surge de una votación empatada en una comisión especial, lo que ha reavivado el debate sobre la igualdad de género en la institución eclesiástica. Aunque no se trata de un cierre definitivo, es un revés para las aspiraciones de miles de fieles que ven en el diaconado femenino un paso hacia una mayor inclusión.

Dura decisión en el Vaticano: la Iglesia le negó un rol clave a las mujeres. Foto: Reuters
Dura decisión en el Vaticano: la Iglesia le negó un rol clave a las mujeres. Foto: Reuters

La historia de este rol que ocupan solo hombres en la iglesia católica

El tema de las mujeres diaconisas no es nuevo. Históricamente, en los primeros siglos del cristianismo, existían evidencias de mujeres que ejercían roles diaconales, como se menciona en textos antiguos que datan de hace más de dos mil años.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el diaconado se reservó exclusivamente para varones, convirtiéndose en un ministerio transitorio hacia el sacerdocio. Esta exclusión ha dejado a las mujeres —que representan más de la mitad de los fieles católicos— en un estatus de “segunda clase”, sin acceso a sacramentos clave como bautizos, bodas o funerales.

En 2020, el Papa Francisco creó una Comisión de Estudio sobre el Diaconado Femenino, compuesta por doce expertos teólogos y canonistas. La comisión realizó sesiones en 2021, 2022 y febrero de 2025, analizando la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. El objetivo era discernir si era posible ordenar mujeres como diaconisas, reconociendo su “diaconía” como un servicio profético contra la discriminación de género.

La votación clave sobre mujeres diaconisas: un empate que lo cambia todo

El punto de inflexión llegó en julio de 2022, durante la segunda sesión de la comisión, presidida por el cardenal Giuseppe Petrocchi. En una votación histórica, los diez miembros se dividieron en un empate 5-5.

Una tesis central, que argumentaba que la masculinidad de Cristo es “integral a la identidad sacramental” y que alterar esto perturbaría el “significado nupcial de la salvación”, no logró consenso. Este resultado llevó a una conclusión firme: no es el momento de avanzar en la admisión de mujeres al diaconado como grado del sacramento del Orden.

El actual Papa León XIV ordenó la publicación de estas conclusiones en diciembre de 2025. En una entrevista con la periodista Elise Anne Allen, reiteró su “no” al diaconado femenino, enfatizando que no cambiará la enseñanza de la Iglesia y priorizando el desarrollo del diaconado permanente masculino antes de considerar inclusiones.

“El tema sigue siendo un problema”, declaró en la nota para su libro (León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI), abogando por examinar estructuras eclesiales más amplias para evitar “clericalizar” a las mujeres sin resolver problemas subyacentes.

¿Cómo impacta esta medida a las mujeres de la Iglesia Católica?

La dura decisión del Vaticano tiene repercusiones profundas. Las mujeres quedan relegadas a ministerios no sacramentales, aunque la comisión alcanzó consenso (9 a favor, 1 en contra) en ampliar su acceso a estos roles.

Esta decisión no es un “juicio definitivo”, como lo fue el rechazo al sacerdocio femenino en 1994, pero sí excluye por ahora cualquier avance. El Papa León XIV ha dejado entrever posibilidades futuras, siempre que se prioricen preguntas previas como fortalecer el diaconado masculino.

¿Qué hace un diácono y por qué es importante?

El diaconado es el primer grado del ministerio ordenado en la Iglesia Católica, cuyo significado es “servidor”. Los diáconos son ordenados para el servicio de la Palabra, la Liturgia y la Caridad.

Su rol es clave para representar a Jesús como servidor, apoya a los sacerdotes, fortalece la imagen de la Iglesia y responde a las necesidades. En relación con esto, hay dos tipos:

  • Diáconos transitorios: son seminaristas en preparación al sacerdocio
  • Diáconos permanentes: sirven a la Iglesia sin ordenarse como sacerdotes y pueden ser hombres casados o solteros.