Los algoritmos utilizados por las empresas tecnológicas son un misterio para la mayoría de la población e incluso para algunos gobiernos -como es el caso de la Argentina-, por lo que no sorprendió cuando desde la Defensoría del Pueblo llamaron a la creación de una Agencia Nacional que reglamente estas herramientas.

La propuesta se realizó durante la audiencia pública convocada por la Corte Suprema para tratar el derecho al olvido de Natalia Denegri y que se impida el acceso al contenido de su pasado desde Google, con Guido Lorenzino, Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, solicitando la creación de un organismo de este estilo.

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"Exhorto al poder legislativo nacional a dar tratamiento un proyecto de ley que oriente a crear una Agencia Nacional de Algoritmos", dijo Lorenzino durante su discurso en la audiencia y señaló: "Serviría para que se entable un diálogo e interacción edificante con las empresas tecnológicas y se pueda acuñar reglamentaciones protectoras de los derechos humanos".

CUÁL SERÍA EL ROL DE UNA AGENCIA NACIONAL DE ALGORITMOS

El pedido se realizó tomando como base las experiencias que ya existen en Europa con este tipo de organismos, donde los estados tienen la capacidad de dialogar con las grandes empresas tecnológicas sobre el uso de algoritmos en sus servicios y las reglas que se deben respetar para poder utilizarlos.

A esto se le suma que la agencia, la cual tendría que funcionar como un organismo estatal independiente, tendría la finalidad de clasificar los diferentes algoritmos utilizados por estas empresas según su destino y forma de utilización, además de considerar los datos personales de la población que recopilan con esta tecnología.

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QUÉ SON LOS ALGORITMOS

Con todo esto en mente, es importante entender qué es un algoritmo y cómo funcionan para poder comprender la importancia que tendría la implementación de una agencia que los regule a nivel nacional.

La tecnología en sí no es nueva, sino que se implementó prácticamente desde el inicio de la computación. Se trata de una secuencia de instrucciones precisas y no ambiguas las cuales concluyen en un resultado -por lo que se puede comparar con una receta-.

En concreto, los ingredientes de un algoritmo están compuestos por información y sensores que luego arrojan un resultado, algo que los usuarios ven en diferentes formas como lo son las respuestas a una búsqueda en Google, el timeline de una red social o el recorrido a realizar en una app de mapas.

Conocer cómo se llega a estos resultados y los "ingredientes" que se utilizan a la hora de llegar a los mismos -así como también reglamentar su uso- es el objetivo que tendría que cumplir una Agencia Nacional de Algoritmos.