

La Navidad 2025 marca un giro inesperado en una de las tradiciones más arraigadas de la mesa argentina. Aunque la sidra y el champagne supieron ser infaltables en cada brindis, este año una nueva opción gana protagonismo y se consolida como la gran tendencia: el vino blanco.
Cada vez más familias lo eligen para celebrar, buscando una experiencia más fresca, liviana y acorde a las altas temperaturas típicas de diciembre.
Por qué el vino blanco tomó protagonismo en el brindis de Navidad
Uno de los principales motivos por los que el vino blanco se impone esta Navidad y Año Nuevo es la búsqueda de bebidas que no resulten pesadas para el organismo.

A diferencia de la sidra o los espumantes, el vino blanco no tiene gas, lo que reduce notablemente la sensación de hinchazón y el malestar digestivo tan común durante las fiestas.
Además, muchas variedades de vino blanco contienen menos azúcar que las bebidas tradicionales del brindis, algo muy valorado por quienes quieren optar por bebidas menos dulces o limitan el consumo de azúcar.
Cómo servir el vino blanco para un brindis perfecto
Para que el vino blanco sea un verdadero éxito en la mesa navideña, la forma de servirlo es clave. Los expertos recomiendan una temperatura entre 8 y 10 grados, ideal para resaltar su frescura.
En noches de calor intenso, sumarle algunos hielos a la copa de vino blanco ayuda a mantener la temperatura adecuada para brindar o disfrutar durante la cena.

Las variedades secas son las más elegidas para el brindis, ya que combinan ligereza, sabor y frescura. Así, el vino blanco se consolida como la bebida furor de esta Navidad y para recibir el 2026, desplazando a los clásicos y marcando una nueva forma de celebrar en familia.
Qué características tiene cada tipo de vino blanco
- Chardonnay: uno de los vinos blancos más populares del mundo. Se caracteriza por su equilibrio y versatilidad, con sabores a frutas blancas como manzana y pera. Puede ser fresco o más intenso según su elaboración.
- Sauvignon Blanc: muy aromático y refrescante. Presenta notas cítricas y herbales, con una acidez marcada que lo hace ideal para quienes buscan vinos livianos y fáciles de beber.
- Torrontés: variedad distintiva de la Argentina. Se destaca por su perfil floral y perfumado, con aromas intensos y una sensación fresca en boca.
- Pinot Grigio (o Pinot Gris): ligero, suave y de baja intensidad. Tiene sabores delicados y una acidez equilibrada, lo que lo vuelve una opción simple y refrescante.
- Riesling: elegante y fresco, con alta acidez. Puede ser seco o levemente dulce, y ofrece notas a frutas cítricas y manzana verde.
- Semillón: blanco clásico y versátil. Aporta suavidad, cuerpo medio y aromas frutados, y puede elaborarse tanto en estilos jóvenes como más complejos.













