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La Reserva Federal (Fed) se encamina a cerrar el año con un nuevo recorte de tasas que, para Wall Street, está descontado. Tras semanas de mensajes moderados de sus funcionarios, el mercado espera que este miércoles el Comité recorte la tasa de referencia en 25 puntos básicos.

El giro de expectativas se produjo después de que la tasa de desempleo trepara al 4,4% en el informe de septiembre, el primer dato relevante que llegó tras el cierre temporal del Gobierno. Esa suba reforzó la idea de que la Fed necesita sostener cierto alivio monetario para evitar un enfriamiento mayor del mercado laboral. A partir de ese momento, las probabilidades de un recorte se consolidaron.

Según los datos de la plataforma de predicciones de mercado basada en Blockchain, Polymarket, la Fed recortará 25 puntos básicos en diciembre.

Las apuestan muestran cómo la probabilidad del recorte se disparó hasta rozar el 100%, mientras que la opción de mantener la tasa se desmoronó casi a cero en noviembre, al compás de mejores datos de inflación, un mercado laboral que pierde fuerza y discursos menos duros dentro del propio Comité Federal de Mercado (FOMC, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, la atención no está puesta en lo que ocurrirá este miércoles donde la decisión parece descontada, sino en el ritmo que seguirá la Fed en 2026.

Los futuros de tasas muestran que el mercado no prevé otro recorte hasta abril, lo que abre la puerta a un período más largo de pausa, especialmente en un contexto en el que la inflación se mantiene como una preocupación persistente para funcionarios y consumidores.

La reunión del 9 y 10 de diciembre estará seguida, como siempre, por la conferencia de prensa de Jerome Powell, donde los inversores buscarán señales más precisas sobre la hoja de ruta para los próximos meses. El mensaje que el mercado espera es si la Fed considera que el ciclo de recortes está en marcha o si el movimiento de diciembre será solo un ajuste puntual en un entorno aún incierto.

Impacto en la Argentina

Según SBS, tras el fin del shutdown más largo en la historia de EE.UU., el mercado volvió a enfocarse en los riesgos sobre la actividad, el empleo y la inflación.

Aunque algunos datos iniciales llevaron a descontar una baja probabilidad de un recorte de tasas en la reunión del 10 de diciembre, nuevos indicadores que reflejaron cierta debilidad impulsaron esa expectativa hasta el 91%.

En este escenario, para el broker, “será determinante seguir el comportamiento de los flujos de inversores internacionales, que podrían encontrar atractivos a los bonos argentinos en dólares (tanto soberanos como corporativos) en su búsqueda de rendimiento”.

Sucede que los fundamentos microeconómicos de las compañías locales de mayor calidad lucen robustos y, si los catalizadores asociados a una reducción del riesgo país se concretan, los títulos soberanos también podrían captar demanda externa, asegura SBS.

Al mismo tiempo, la evolución de los commodities, las monedas emergentes y las tasas internacionales será clave en un contexto global donde persisten las presiones sobre las economías desarrolladas, las tensiones comerciales entre EE.UU. y China siguen sin resolverse y los riesgos geopolíticos continúan presentes.

¿Habrá rally de Navidad?

Diciembre suele ser un mes fuerte para las acciones; tanto es así que los inversores crearon el término “rally de Santa Claus” para describir las ganancias que históricamente registran las bolsas a fin de año y al inicio del año siguiente.

Del último informe semanal de Buenbit se desprende que, al acercarse el cierre del año, la atención del mercado vuelve a la estacionalidad y a la pregunta de si llegará finalmente el también llamado “rally de Navidad”.

A diferencia de la idea difusa de que “diciembre suele ser bueno”, este fenómeno tiene una definición clara: se limita a las últimas cinco ruedas del año y las primeras dos del siguiente, explica el broker.

En ese tramo de siete sesiones, según el documento, el S&P 500 ha mostrado desde 1950 un comportamiento consistente. “El retorno promedio ronda el 1,3% y casi ocho de cada diez observaciones terminan con subas”. Más interesante aún es el efecto posterior:

“Cuando el mercado avanza en esa ventana acotada, el año siguiente tiende a registrar un rendimiento muy por encima del promedio histórico. Es lo que se conoce como “Santa Shows Up”, una señal de un clima de liquidez saludable y una economía que, aun con ruidos, permite sostener los múltiplos”, analiza el documento.

La contracara también importa, pues cuando el mercado cae durante ese período, las estadísticas señalan que el año siguiente suele ser considerablemente más flojo. Por eso la anomalía tiene un valor operativo que trasciende el folklore navideño. Funciona como un test de salud de la predisposición del mercado a asumir riesgo y, en última instancia, de cuánta gasolina queda para el nuevo ciclo.

No obstante, para que ese rally se materialice no alcanza con que el calendario marque diciembre. Para Buenbit, el mercado necesita una combinación de condiciones que convierten a la reunión de la Reserva Federal en decisiva.