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Después de dos meses de máxima tensión cambiaria, noviembre trajo un respiro en el frente minorista. El Balance Cambiario del Banco Central mostró que la dolarización de “personas humanas” se desinfló de manera abrupta respecto de octubre, tanto en montos operados como en cantidad de individuos presentes en el mercado.

En noviembre, las compras de ahorristas minoristas bajaron a u$s 1597 millones, las ventas a u$s 509 millones, y la cantidad de participantes cayó a 1,1 millones de compradores y 692 mil vendedores.

Cabe recordar que en octubre la demanda de cobertura había sido extraordinaria: las compras brutas de billetes alcanzaron u$s 4669 millones, apenas un 8% por debajo del pico histórico de septiembre.

Las ventas sumaron u$s 473 millones, lo que dejó un flujo neto de billetes cercano a u$s 4200 millones, dentro de un egreso total del sector personas humanas superior a u$s 5000 millones, según el propio BCRA.

Si bien noviembre luce como un mes de fuerte descompresión frente al pico de tensión de octubre, también muestra que el mercado minorista empezó a volver a niveles más “normales” cuando se lo compara con meses previos al episodio de estrés.

En otras palabras, no solo hay menos gente operando, sino que también se están moviendo montos más bajos, lo que sugiere que el mercado dejó atrás la lógica de cobertura masiva y volvió a un comportamiento mucho más cercano a parámetros habituales para el canal minorista.

En el penúltimo mes del año, la dinámica cambió de forma contundente. Las compras brutas de personas físicas se desplomaron a u$s 1597 millones, una caída cercana al 66% mensual, reflejando una fuerte descompresión de la dolarización minorista. Del lado de la oferta, las ventas se ubicaron en u$s 509 millones, levemente por encima del mes previo.

Si bien noviembre aparece como un mes de fuerte descompresión frente al pico de tensión de octubre, la comparación histórica muestra que el mercado minorista comenzó a volver a un terreno más cercano a la normalidad, pues hay que remontarse a agosto para encontrar un nivel de compras comparable, aunque incluso por debajo.

En aquel mes, las personas humanas habían comprado u$s 2422 millones y vendido u$s 562 millones, con 1,5 millones de compradores y 840 mil vendedores.

En noviembre, las compras se redujeron a u$s 1597 millones, las ventas a u$s 509 millones, y la cantidad de participantes cayó a 1,1 millones de compradores y 692 mil vendedores.

La moderación también se vio en la participación. Mientras en octubre habían operado 1,6 millones de compradores, en noviembre lo hicieron 1,1 millones, una baja del 31%. Los vendedores pasaron de 784.000 a 692.000 personas (–12%).

En paralelo, el ticket promedio se achicó con fuerza: pasó de aproximadamente u$s 2900 en octubre a u$s 1450 en noviembre. Es decir, no solo hubo menos gente, sino que quienes permanecieron dolarizaron mucho menos.

Déficit comercial, pero alivio por el frente financiero

El balance de noviembre deja otro dato relevante. El mes cerró con déficit comercial, reflejo de una economía todavía con estrés externo y con una demanda de divisas vinculada a importaciones que sigue siendo significativa.

Sin embargo, ese cuadro negativo fue compensado, al menos en parte, por un superávit financiero. La explicación está en la fuerte ola de emisiones de Obligaciones Negociables y colocaciones de bonos, que canalizó ingreso de divisas y ayudó a recomponer el flujo por cuenta financiera. Ese movimiento permitió amortiguar el impacto del déficit comercial y contribuyó a mejorar el pulso general del balance cambiario.

Al respecto, el economista Federico Glustein, en diálogo con El Cronista, señaló que, lo primero que se observa es la reducción sustancial del déficit de la cuenta corriente que bajó de los casi u$s 2600 millones en octubre a los u$s 1163 millones en noviembre, aunque un 20% mayor interanual.

Asimismo, la balanza de bienes resultó positiva en poco mas de u$s 500 millones mientras que servicios mostró déficit de u$s 559 millones resultado de consumo en el exterior y turismo.

Otro hecho destacable es la cuenta financiera cambiaria que resulta positiva en u$s 1656 millones de pesos, amparado en otros movimientos netos qué son ingresos externos por más de u$s 2300 millones.

“La demanda de dólares por su parte bajo drásticamente de u$s 5439 millones a u$s 1119 millones, aplacadas por el resultado electoral y cierta estabilización del mercado aunque comparado interanual es negativa en u$s 1200 millones parte de una recuperación económica que marcó el descenso de las ventas por pago de obligaciones”, concluyó el experto.