Las declaraciones que realizó Cristina Fernández de Kirchner el viernes último, durante la presentación de su libro en Mar del Plata, respecto a la proliferación de marcas “pindonga y “cuchuflito generaron todo tipo de revuelo. Pero la realidad es que detrás del auge de estas marcas existe un negocio financiero.

¿En qué consiste? ¿Quiénes, cómo y cuánto facturan gracias a estos productos? Las respuestas a estos interrogantes, en una nueva edición de El Termómetro de la City, el ciclo de El Cronista dedicada a la actualidad financiera del país.