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Los bonos soberanos arrancan el viernes con una foto ordenada y, en general, favorable bajo ley Nueva York, en el mismo día en que el Gobierno anunció el lanzamiento de un nuevo Bono del Tesoro en dólares 2029 al 6,5%. Con esta movida, la Argentina vuelve a testear los mercados internacionales con legislación extranjera.

La curva ley NY opera en verde casi pleno. El GD29 sube 0,7%, el GD30 avanza 0,5% y los tramos medios como el GD35 y el GD38 trepan entre 0,8% y 1%.

Incluso los bonos largos acompañan con mejoras moderadas. Los rendimientos siguen comprimidos en el rango 8,5–10,4%, reflejo de un mercado que no ve señales de estrés y continúa con apetito por riesgo argentino, al menos en los tramos más líquidos. El riesgo país baja siete puntos a 613 (-3,3%).

Bajo ley local, la dinámica es más tibia: el AL29 cae 0,9%, el AL30 pierde 1,2% y el AL38 retrocede 0,3%. La excepción es el AL35, que repunta 0,3%. La presión sobre esta parte de la curva persiste, con rendimientos más altos entre 10,3% y 11,6% y una demanda más selectiva.

Lectura de mercado tras el anuncio del bono 2029

Desde el equipo de research de Adcap Grupo Financiero escribieron que la medida anunciada por el equipo económico sigue a una serie de colocaciones exitosas por parte de empresas y gobiernos provinciales.

“El cupón relativamente generoso vuelve a este nuevo instrumento más atractivo que los bonos reestructurados durante la gestión Guzmán”, advirtió el broker.

El ministro Caputo señaló que la emisión cubrirá “parcialmente” el vencimiento de enero. El resto, indicó, será financiado mediante líneas bancarias (repo) y otras fuentes que aún no fueron reveladas.

“Existe mucha especulación en torno al tamaño de la nueva emisión. Creemos que el Gobierno optará por una emisión de tamaño considerable antes que una colocación excesivamente ajustada en términos de rendimiento, especialmente porque la alternativa del repo podría no resultar tan económica”, advirtió Adcap.}

Desde Portfolio Personal de Inversiones (PPI) comentaron que, el anuncio los tomó “un poco por sorpresa”. En primer lugar, por el timing: “Esperábamos que la salida a los mercados internacionales se postergara hasta completar diciembre. Bajo nuestro escenario base, no vemos riesgos significativos para la acumulación de reservas que pongan en duda el pago de enero de 2026″, señalaron.

En consecuencia, es razonable pensar que el riesgo país podría retomar una trayectoria descendente y quebrar la actual lateralización en torno a 640/650 pbs,lo que habría habilitado una refinanciación a tasas más bajas, dijo el broker.

Por otro lado, “llama la atención que la estrategia oficial apueste por una duration relativamente corta (md estimada en 3,36). Desde nuestra óptica, lo más lógico era que las próximas incursiones en moneda dura apuntaran al tramo largo de la curva esperando a que este tramo opere en rendimientos de un dígito".

Por su parte, Juan Ignacio Alra, portfolio de One618, en diálogo con El Cronista, analizó que, el Gobierno empiece a reabrir o colocar deuda en dólares, “aunque sea bajo ley local, es una señal positiva: muestra que están testeando mercado y que perciben una cierta ventana de estabilidad. Es un paso más en la normalización financiera”.

Sobre al REPO, Alra descartó que esta emisión lo deje afuera. “Son herramientas distintas: una apunta a financiamiento de mercado y la otra a manejo de reservas y curvas. Es una noticia muy reciente como para concluir que una sustituye a la otra”, advirtió.

En tanto, Auxtin Maquieyra, gerente comercial de Sailing Inversiones, señaló a este medio que el nuevo Bonar noviembre 2029 aparece como una jugada lógica del equipo económico para refinanciar los vencimientos de bonos bajo ley argentina de enero.

Según explicó, la elección del tramo medio de la curva responde a que allí el soberano encuentra hoy el menor costo de financiamiento, con rendimientos por debajo del 10% y una demanda más firme por parte de los institucionales.

“Además, se trata de un título con una estructura bullet típica, mucho más estándar y transparente que la de los bonos emitidos en la reestructuración, lo que facilita su valoración, mejora la liquidez secundaria y favorece su aceptación entre inversores globales”, señaló.

En esa línea, la operación se enmarca en la estrategia oficial de normalizar el perfil de deuda y hacer más atractivos los instrumentos, comentó el estratega.

De cara a la colocación, Maquieyra estimó que el bono debería rendir en torno al 8%, en línea con la compresión de spreads en la parte media de la curva.

“Si la licitación resulta exitosa, reforzará la señal de que el mercado está dispuesto a absorber emisiones en este tramo y bajo estructuras más tradicionales, otorgando al Tesoro mayor margen para ordenar los vencimientos y avanzar luego con emisiones bajo ley Nueva York”, concluyó.

La diversificación del financiamiento ayuda a extender la curva, reduce la dependencia de un único instrumento y muestra que el Gobierno puede salir al mercado sin esperar un gran acuerdo externo.

Consultado por este medio, Emanuel Juárez, analista de mercados de HFM, sostuvo que este tipo de movimientos “refuerzan la idea de que el Tesoro está dispuesto a testear el mercado en distintos tramos y bajo diferentes lógicas, algo que mejora la señal de normalización financiera”.

¿Desaparece el REPO? No. Pero la señal es clara: el Gobierno quiere que deje de ser percibido como indispensable. Según Juárez, esto puede interpretarse como “una manera de ganar margen de negociación y, al mismo tiempo, reducir la ansiedad del mercado respecto de la acumulación de reservas”.

ADR y acciones

Es una sesión toda verde para las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street con subas de más de cuatro por ciento. Lidera Supervielle, Central Puerto y Edenor.

En Buenos Aires, hay subas de más de cinco por ciento para Transener. La sesión extiende la jornada positiva para los activos argentinos y el S&P Merval se mantiene arriba de los u$s 2000.