Salvador Di Stefano se hizo muy conocido en el mundo de las finanzas desde hace un lustro y su popularidad creció desde entonces. Hoy, se reúne periódicamente con el presidente Javier Milei y es un referente en materia de finanzas personales que despierta amores y odios por igual.

Experto en inversiones, rosarino, tiene miles de seguidores en redes sociales, publica sus opiniones en varios medios y difunde sus artículos en diversas plataformas. Como personaje con gran exposición pública, ha sido blanco de diversas acusaciones.

Aunque se habla de él, pocos conocen qué hace, cómo llegó hasta su posición actual, su visión económica y financiera personal. Es fanático de los autos, le gusta viajar y, sorprendentemente, no le gusta el apodo al que lo condujo la fama en las redes sociales por un acierto de pronóstico: "El gurú del blue". De todo eso habla en esta entrevista con El Cronista.

-¿Cómo fue que te empezaron a decir el gurú de blue? ¿Te gusta que te llamen así?

-En algún momento, cuando yo advertía que iba a haber un salto en el dólar paralelo, algún malintencionado empezó a llamarme así porque creía que el plan de Sergio Massa iba a tener éxito y yo iba a quedar off side. Finalmente, se dio lo que yo dije y eso me catapultó. Mucha gente empezó a llamarme el Gurú de la City o del blue. La realidad es que a mí mucho no me gusta el mote porque uno trabaja a conciencia, tratando de mirar datos económicos y haciendo proyecciones y termina como el gurú del blue, pero tampoco reniego de eso.

-¿Estudiaste Finanzas o te dedicás por vocación?

-Estudié en la Facultad de Ciencias Económicas, hacía la carrera de contador y licenciado en Economía. Como vengo de una condición muy humilde y no tenía plata para sostener ni los estudios, empecé a invertir en la Bolsa de joven y con lo que ganaba me financié los estudios. Finalmente, no me pude recibir por temas económicos, aunque hice varios años. En ese tiempo, me enamoré de los mercados. Yo tenía ideología más de izquierda y cuando empecé a avanzar en la carrera abracé ideas más liberales. Luego, trabajé mucho en investigación económica. Una de las cosas que más me apasiona es analizar el balance del Banco Central. Me gusta mucho lo monetario y lo cambiario

"Como vengo de una condición muy humilde y no tenía plata para sostener ni los estudios, empecé a invertir en la Bolsa de joven y con lo que ganaba me financié los estudios".

-¿Cómo trabajás hoy?

-Somos una empresa familiar con tres patas de negocios: la consultora, que vende servicios de asesoramiento, un informe privado que lo vendemos por una app y conferencias. Tengo una empresa de 15 personas. Después, como todo argentino descendiente de genoveses, invertimos en propiedades y en una cartera de activos.

-¿Tus clientes o la gente a la que asesoras, en general, son del agro?

-Hay un mito ahí. Yo asesoro a empresas en general, comercios, industrias, frigoríficas, compañías de seguros y bancos, por ejemplo. Pocas del agro, pero doy muchas conferencias para ese sector y por eso la gente me identifica más con ese tema.

Di Stefano tiene una consultora en la que trabajan unas 15 personas.
Di Stefano tiene una consultora en la que trabajan unas 15 personas.

-¿En qué activos financieros invertís?

-La cartera de inversión tiene bonos en dólares y en pesos y acciones. Lo que hago es diversificarla lo más posible. Eso hace que sea un poquito aburrida porque, cuando el mercado sube mucho, no sube mucho la cartera y cuando cae, tampoco pierde mucho.

-¿Eso le recomendarías al inversor, que se diversifique?

-Sí, pero nuestro modelo es muy disruptivo porque trabajamos con la arquitectura de decisiones. Tenemos en cuenta cuánto vale el negocio del cliente, cuánto quiere tener invertido en propiedades y cuánto en activos financieros. Si quiere viajar y qué porcentaje de todo lo que tiene lo va a destinar a eso. Qué vehículo para transportarte quiere tener y cada cuánto lo quiere renovar. Hay que trabajar muchísimo con el cliente para saber qué quiere.

-¿Cuándo empezaste a tener acceso a los medios?

-Empecé a escribir en un diario de Rosario el 30 de junio de 1994. Mandaba una columna todos los domingos desde hasta 2022. A veces, los medios de Buenos Aires levantaban mi nota. Después, en 2008, hice mi propia web y logré más llegada a los medios de Buenos Aires, pero la mayor exposición pública la tuve con la pandemia porque antes, tenías que tomar el colectivo en Rosario, ir cinco horas a Buenos Aires, hacer la cola en el canal, salir y volver. Con la pandemia, el Zoom nos acercó y ahí tuve más protagonismo.

-¿Cómo tenés tanta llegada con el Presidente?

-Tengo una relación de amistad. Cada 30 o 45 días nos vemos y hablamos, pero no es un trato diario. Yo trabajé bajo el mando de Rogelio Pontón, que fue un economista que hablaba de la economía austriaca en 1990. Desde esa época que estudio esa corriente económica. Eso me une mucho a Milei.

"Tengo una relación de amistad. Cada 30 o 45 días nos vemos y hablamos, pero no es un trato diario".

-¿Cómo ves hoy al mercado?

-Lo que me preocupa son tres cosas. La primera, que la Argentina tenga todos los meses resultados fiscales positivos. En segundo lugar, miro el balance del Banco Central todas las semanas para ver si se está capitalizado o no. Desde mi punto de vista, teníamos un balance con patrimonio neto negativo en 2023 y hoy tenemos uno neto positivo. Mientras eso siga así, me quedo tranquilo. Y lo tercero que miro es la balanza de pagos. Si la cuenta capital financia a la cuenta corriente más el resultado fiscal, estoy satisfecho. Por otro lado, está lo coyuntural. Estoy de acuerdo con que el Gobierno tenía que eliminar las LEFI porque los bancos la usaban para colocar la liquidez que les sobraba y se les pagaba el 29% anual. Eso era un costo muy alto sin sentido. No obstante, creo que hubo algunos defectos en implementarlo porque la volatilidad de tasas no le hace bien a nadie. Estamos con un mercado corcoveando desde el 10 de julio. El Gobierno tiene que tratar de mantenerlo calmo. Lo puede lograr y la Argentina va a crecer mucho en los próximos años si esos tres pilares que mencioné siguen.

-Y al dólar, ¿cómo lo ves hacia adelante?

-Creo que el tipo de cambio en la Argentina no tiene grandes chances de subir porque hay por delante un escenario en donde el petróleo va a aportar una gran exportación en 2027, el gas en 2028-2029 y la minería en 2030-2031. En el largo plazo, comprar dólares es un pésimo negocio. Yo trataría de planificar mi empresa transformando lo que tengo líquido en activos reales o financieros que me den un flujo. Yo no tengo dólares billetes.

-¿Ni un dólar tenés?

-No, tengo dólares en bonos, también euros, que me gusta más que el dólar, pero todo lo tengo en instrumentos. Tener dólares en la caja de seguridad lo único que te puede dar es abrirla, respirar y sentir el olorcito.