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Los bonos soberanos tienen este martes una mayoría de bajas después de varias semanas de rally casi ininterrumpido. No es una corrección profunda, pero sí una pausa clara: la mayor parte del panel muestra ligeros retrocesos, con la dinámica clásica de un mercado que empieza a tomar ganancias y busca redefinir niveles después de un recorrido fuerte.

En la curva ley extranjera, los Globales operan mixtos, pero con predominio de leves bajas. El GD29 cae alrededor de -0,2%, el GD30 retrocede -0,4% y el GD35 muestra un movimiento más suave, apenas positivo.

El tramo largo (GD41, GD46) también cede entre -0,2% y -0,4%, tras un mes de performance muy sólida. Aun con estos ajustes, el rendimiento sigue anclado en terreno cómodo, en la zona del +6% al +10%, según el bono.

Los Bonares replican la misma foto, pero con algo más de dispersión. El AL29 retrocede -0,1%, el AL30 se mueve casi “flat”, el AL35 cae -0,2% y el AL38 recorta en torno al -0,3%. El AL41, uno de los más volátiles del tramo, marca una baja más marcada cercana al -0,4%.

La curva local, que venía algo más frenética que la ley NY en el último tramo del rally, es hoy la que corrige con mayor decisión. El dato de contexto clave es el riesgo país, que se mantiene firme en torno a los 618 puntos básicos.

ADR y acciones

Los papeles de empresas argentinas que cotizan en Wall Street vuelven a caer de la mano de esa plaza que cae con fuerza. Loma Negra cede más de 4%; le siguen Supervielle (-3,8%) y Banco Macro (-2,9%).

La plaza local replica la tendencia de la renta variable global y cae en más de dos por ciento. Es una sesión toda roja para las acciones del panel líder y con bajas cercanas al 6% para Sociedad Comercial del Plata y LOMA y BBVA Argentina.

Gustavo Gardey, cofundador de Bull Road Investments, explicó a El Cronista, que los índices globales operan cerca de sus máximos, aunque llegan a este punto (caídas fuertes) tras un año de mucha volatilidad marcada por las tensiones comerciales de Estados Unidos con el resto del mundo, un capítulo reciente que ya parece de otra década.

VIX, en máximos

En este contexto, Gardey recuerda que el VIX (índice del miedo) registra subas destacadas, lo que refleja una mayor demanda de cobertura ante la toma de distancia de los inversores respecto de la renta variable.

“A esto se suma la creciente duda sobre el sendero de recortes de tasas y un proceso visible de toma de ganancias en varias de las compañías que impulsaron los grandes índices”, explica el estratega en un intento por dar claridad en medio de las fuertes caídas en Wall Street.

Gardey recordó que la expectativa sobre el desarrollo de la inteligencia artificial es enorme. “Hubo avances sustanciales, pero también persisten desafíos: desde la necesidad de asegurar insumos energéticos de escala hasta los contratiempos propios de la implementación masiva de la tecnología”, comentó.

Los balances recientes de gigantes como Amazon y Microsoft —tanto en resultados como en guidance— no lograron satisfacer al mercado. “Esto alimentó la idea de un clima de burbuja en torno a la IA”, aunque desde Bull Road Investments no lo ven así: “Al tratarse de una tecnología profundamente disruptiva, es lógico que el mercado sobreestime proyecciones. Ese entusiasmo no constituye una burbuja, sino un fenómeno casi inevitable en instancias de innovación”, advirtió Gardey.

En este marco, una corrección era esperable. Para Gardey, no se trata de un cambio de tendencia ni del inicio de un mercado bajista, sino de un respiro sano de cara a un año desafiante.

La Argentina no queda al margen, aseguró el estratega. “Tras el rally fenomenal que siguió a las elecciones de octubre, el mercado local también muestra tomas de ganancia. Pero aún queda un largo camino por recorrer, especialmente en función del programa de reformas que el Gobierno busca implementar. Si las reformas avanzan con éxito, el riesgo país debería comprimirse y la renta variable encontrar nuevos niveles”, advirtió.

Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, agregó que, lo central es que el VIX está en máximos. “Cuando eso pasa, el mercado suele anticipar correcciones: cae el apetito por riesgo, se ajusta la renta variable global y ese movimiento se replica automáticamente en los activos locales, que venían subiendo bastante post elecciones. Ese reacomodamiento global también termina impactando en los bonos”, advirtió el experto.

¿Y las reservas?

Gardey aseguró, sin embargo, que las reformas no compran reservas. “Y el Gobierno necesita acumularlas con urgencia. Hoy se transita un mes de baja demanda de dólares —unos u$s 1500 millones— que compensa en buena medida las ventas minoristas generadas por la sobrerreacción electoral.

Este margen le da tiempo al Ejecutivo para avanzar con el cambio del esquema monetario. Pero sin reservas, romper el umbral de los 400 puntos de riesgo país será difícil: la Argentina sigue obligada al roll over permanente de su deuda y a la asistencia de Estados Unidos para sostener el cumplimiento de pagos”, señaló el experto.

Con reservas netas negativas por encima de los u$s 10.000 millones, la capacidad de pago es el centro del análisis en la City. Aun así, la renta fija se mantiene firme, aunque necesita un último empujón para que el país vuelva efectivamente a los mercados internacionales de deuda, opinó Gardey.