
¿Por qué el mercado de acciones de EE.UU. marca máximos históricos pese a que se ha deteriorado la confianza de los inversores como respuesta a las peores perspectivas económicas? "Es la pregunta que más me hicieron este año", contó Jared Woodard, un estratega de inversiones de Bank of America. "Los inversores con los que hablamos son increíblemente cautelosos. Ven el repunte del mercado, pero no confían en él", agregó.
El crecimiento económico de Norteamérica se desaceleró en el tercer trimestre porque la inversión de las empresas se siguió debilitando, lo que se sumó a la preocupación por el estado de la economía mundial.
Sin embargo, el S&P 500 la semana pasada superó su máximo y el viernes marcó otro récord después del último informe mensual de empleo. EE.UU. creó 128.000 puestos no agrícolas en octubre, menos de los 180.000 de septiembre pero mejor de lo esperado y suficiente para que la referencia del mercado de acciones subiera 1%, lo que suma un 22% este año.
Si este desempeño se mantiene hasta fines de diciembre, será el segundo mejor rendimiento anual del S&P 500 de la década.
Otros indicadores de mercado parecen más sensibles a la situación económica. La curva de rendimiento de la deuda del gobierno de EE.UU. se invirtió a principios de este año -señal que anunció recesiones en las últimas cinco décadas- y el menor capital en el mercado de préstamos bancarios a un día tomó desprevenida a la Reserva Federal, lo que la obligó a inyectar miles de millones de dólares de liquidez.
Los inversores nerviosos siguieron lanzándose hacia sus refugios favoritos, incluyendo efectivo y bonos de bajo riesgo, lo que hizo caer en picada los rendimientos. Eso amplió el universo de deuda con rendimiento negativo a u$s 13,5 billones. "Es difícil pensar en un mejor indicador del pesimismo sobre el crecimiento mundial", aseguró Woodard.
Frente al panorama económico sombrío, el meteórico ascenso de la bolsa estadounidense es "una fantástica dicotomía", agregó.
La serie de recortes de tasas por parte de la Fed -incluyendo la rebaja del miércoles- y el cauto optimismo de que EE.UU. y China resolverán su disputa comercial impulsaron las acciones.
La decisión de la Fed de aumentar las inyecciones temporales de liquidez a u$s 120.000 millones diarios comparado con los actuales u$s 75.000 millones también ayudó a las acciones, dijo Nick Maroutsos, codirector de bonos globales de la gestora de activos Janus Henderson.
Los inversores deberían observar el mercado de bonos para entender por qué las acciones siguen subiendo. El mercado de deuda, muy sensible a las malas noticias, viene mostrando señales de alerta por la desaceleración del crecimiento nacional e internacional, lo que se refleja en la caída de los rendimientos.
Los principales bancos centrales respondieron rápido al deterioro de las perspectivas económicas con recortes de tasas de interés y compra de bonos. Eso parece haber tranquilizado a los inversores. "Hemos tocado fondo en los rendimientos mundiales durante el verano y desde entonces se recuperaron, lo que sugiere que hay menos temor a una recesión mundial", explicó Alicia Levine, estratega jefe de mercado de BNY Mellon Investment Management.
Las recompras de acciones siguen sosteniendo el mercado de valores. Cuando las empresas compran sus propias acciones, reducen la cantidad total de papeles en el mercado, lo que infla las métricas comunes como las ganancias por acción, lo que normalmente impulsa el valor de las acciones.
Las constantes recompras de acciones, combinadas con el tono optimista de las negociaciones entre EE.UU. y China y las tasas históricamente bajas en Norteamérica, probablemente mantengan las acciones en niveles altos, concluyó Woodard.
Traducción: Mariana Oriolo














