Lilia Lemoine, exespecialista en informática y aficionada al "cosplay" - o juego de disfraces -, recuerda haber hecho maquetas del banco central argentino para que Javier Milei las destruyera en una representación teatral. "Solía bromear diciendo que estábamos haciendo magia vudú contra el banco central para cerrarlo", dijo Lemoine en una entrevista acerca de su colaboración hace cinco años. "Por eso las hicimos lo más realista posible". Ahora ya quedaron atrás sus días de aplastar maquetas de bancos centrales. Lemoine ocupa un escaño en el Congreso argentino como legisladora recién elegida por el partido de Milei, y el propio Milei se convirtió en presidente hace una semana, en un momento de profunda crisis económica. El novato político de 53 años -que ha sido gurú de sexo tántrico, místico, amante fanático de los perros, ultraliberal, intelectual inconformista y futbolista- ha cambiado radicalmente de imagen desde la campaña, vistiendo con sobriedad y hablando en términos serios y de estadista. Tras su insólita victoria electoral sobre el peronismo argentino, que ha gobernado el país desde hace tiempo, el gobierno de Milei presentó el martes un plan económico de recortes del gasto y subidas de impuestos para equilibrar el presupuesto. La promesa anterior de adoptar el dólar estadounidense como moneda nacional fue aplazaday no se mencionaron las ideas más radicales que Milei apoyó durante la campaña, como la legalización de la venta de órganos humanos o la ruptura de lazos con Brasil y China, los mayores socios comerciales de Argentina. "Es como si de repente se hubiera despojado de su disfraz", señaló un alto diplomático, alabando el nuevo pragmatismo del Presidente tras haberlo descrito durante la campaña como un salto a lo desconocido. El ministro de Economía de Milei, el exoperador de Wall Street Luis Caputo, anunció en la semana que devaluaría el peso un 54 por ciento en lugar de eliminarlo.En lugar de quemar el banco central, Caputo nombró a un antiguo colega de un banco de inversión como su nuevo jefe. La administración Biden, a la cual le inquietaba la cercanía del anterior gobierno peronista con los chinos, se mostró dispuesta a trabajar con Milei. Los funcionarios optaron por ignorar su admiración por el expresidente Donald Trump y le ofrecieron ayuda para tratar de conseguir un nuevo paquete de apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI). Argentina ya le debe al FMI US$43.000 millones y el nuevo gobierno heredó unas arcas vacías, una inflación superior al 150% anual y una recesión inminente. Durante la reciente visita de Milei a EE.UU, los demócratas incluso organizaron una reunión con el expresidente estadounidense Bill Clinton, quien escuchó los planes del argentino ysalió impresionado, dijo una persona con conocimiento del encuentro. Sin embargo, Milei no se ha despojado por completo de su singular personalidad. En su toma de posesión, la ecléctica lista de invitados de honor incluyó al rey Felipe VI de España, al húngaro Viktor Orbán, al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y al exmandatario brasileño Jair Bolsonaro. Su hermana Karina, durante mucho tiempo su asesora más cercana, estaba a su lado mientras los conducían al palacio presidencial en un coche descapotable tras su toma de posesión. En una de sus primeras decisiones ejecutivas, revocó un decreto que prohibía los nombramientos nepotistas y la nombró jefa de gabinete. Por el camino, la pareja detuvo su caravana para saludar a un perro golden retriever. El amor de Milei por los perros es uno de los muchos intereses que ha llevado al extremo: mandó a hacer su propio bastón presidencial para la toma de posesión, con las cabezas de sus cinco queridos mastines ingleses - su mascota original Conan, más cuatro perros clonados a partir de él y bautizados con nombres de economistas libertarios - grabadas en relieve. Antes de asumir el cargo, Milei, criado en el catolicismo, viajó a Nueva York para rezar ante la tumba de Menachem Mendel Schneerson, renombrado rabino ortodoxo aclamado por algunos seguidores como el Mesías. "Había rezado allí antes de las elecciones. Después de ganar, sintió que tenía que volver para dar gracias a Dios", dijo una persona familiarizada con el viaje. Milei ha estado estudiando la Torá y ha expresado su interés por convertirse al judaísmo, un paso inusual hacia una religión que no busca conversos y que es una pequeña minoría en Argentina. Milei ha buscado inspiración en historias bíblicas para su movimiento político insurgente. En su discurso inaugural citó la revuelta judía de los macabeos contra los griegos en el siglo II a.C. como ejemplo del triunfo de unos pocos sobre muchos, con la ayuda de las fuerzas del cielo. Ha comparado a su hermana Karina con Moisés y el Mesías. A pesar del aparente giro de esta semana hacia la economía ortodoxa, los primeros días del nuevo gobierno parecieron un poco improvisados. Los puestos clave quedaron vacantes entre rumores de que muchos expertos consideraban que el proyecto Milei era demasiado arriesgado. Los anuncios se retrasaron y luego se pospusieron. "Milei no esperaba ganar y no tenía un equipo preparado para gobernar", dijo un político familiarizado con la situación. "Quizás tengan una persona inexperta que resulte ser un genio, pero no todo un gobierno". Acostumbrados a las constantes crisis, los argentinos se preguntan ahora si la nueva sobriedad de Milei ha llegado para quedarse y qué viene después: el profundo cambio económico por el que muchos votaron o un nuevo desastre. Alfredo Serrano, director del centro de expertos de izquierda CELAG, dijo que Argentina podría convertirse en una sociedad mucho más desigual bajo Milei, similar a Perú o Colombia, con millones de personas viviendo al límite en medio de un empeoramiento del nivel de vida; o los argentinos podrían simplemente perder la paciencia con su extravagante nuevo líder. "En ese caso, Milei tiene un gran problema", dijo. "Su apoyo es muy efímero y volátil. Los votantes apostaron por él, pero esa apuesta tiene fecha de caducidad". En un país de líderes monumentales, muchos de los cuales dieron nombres a movimientos políticos -peronismo, menemismo, kirchnerismo - ¿engendrará el nuevo presidente el mileísmo? "Para muchos de nosotros, ha sucedido lo mejor posible", dijo un alto ejecutivo bancario en Buenos Aires. "Dejó atrás al loco de la campaña pero mantuvo las ideas liberales. Pero para que esto funcione tiene que mostrar algunos resultados -una mejora de la economía- en un plazo de seis meses. Si no, será un caos".