La rara y poco conocida agencia de EE.UU. que puede desatar una crisis como la del Silicon Valley Bank
Un estudio de la Universidad de Nueva York señala que instituciones como la FHLB contribuyeron a "mantener los bancos a flote" y seguir "apostando por la resurrección a costa de una financiación a precios erróneos patrocinada por el Gobierno".
Cuando quebró Silicon Valley Bank (SVB), se revelaron verdades desagradables sobre el mundo financiero del sector privado, entre ellas, que los inversores y los reguladores se habían visto "sorprendidos por riesgos que a posteriori parecían demasiado obvios como para pasarlos por alto", como señala un nuevo e impactante libro de la escuela de negocios Stern de la Universidad de Nueva York (NYU).
En particular, muchos financieros ignoraron las subas de las tasas de interés -a pesar de que eran claramente visibles- mientras hacían apuestas descabelladas que luego estallaron.
¿Por qué? La política monetaria excesivamente laxa fue una de las culpables. Otra fueron las malas normas contables. Pero un nuevo estudio llamativo pone de relieve otras dos cuestiones que hasta ahora se habían ignorado en gran medida: el papel de las agencias gubernamentales, como el sistema del Bancos Federales de Préstamos para la Vivienda (FHLB, por sus siglas en inglés), y el papel de las garantías en el sistema financiero. Ambos merecen un debate mucho más profundo si queremos evitar otra crisis como la del SVB.
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El FHLB es posiblemente una de las entidades más extrañas -y menos conocidas- de las finanzas estadounidenses. Se creó en 1932 como una agrupación respaldada por el Estado de 11 bancos cooperativos mayoristas que captaban conjuntamente deuda ultrabarata para conceder préstamos. Lanzada inicialmente para ayudar a las pequeñas cajas de ahorros y apoyar a los mercados hipotecarios, su mandato se amplió en la década de 1980 para abarcar también a los bancos comerciales convencionales. Y durante la crisis financiera de 2008, el FHLB rescató furtivamente a muchas instituciones suministrando préstamos cuando los mercados comerciales se cerraron debido a la implosión del sector de las hipotecas subprime.
Tras la crisis de 2008, los préstamos del FHLB se redujeron. Pero hace dos años volvió a ser hiperactivo: entre septiembre de 2021 y marzo de 2023, su cartera de préstamos pasó de u$s 344.000 millones a más de 1 billón de dólares.
Ese aumento fue incluso más extremo que el de 2008. Pero pasó en gran medida desapercibido porque los detalles de los préstamos del FHLB no se publican oportunamente. Y en retrospectiva hay dos puntos sorprendentes al respecto: el aumento comenzó mucho antes de que los problemas de SVB fueran ampliamente conocidos y los datos muestran ahora que los tres bancos que implosionaron a partir de marzo de 2023 -SVB, Signature y First Republic- eran grandes deudores del FHLB.
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Es de suponer que esto se debió a que los costos de financiamiento de esos bancos estaban aumentando y sus depósitos se estaban desvaneciendo. "Por lo tanto, los préstamos del FHLB fueron fundamentales para mantener los bancos a flote", señala el libro de la NYU. "Aunque estaban subcapitalizados [...] los anticipos del FHLB permitieron a estos bancos retrasar la venta de activos y/o la obtención de capital" y, por tanto, seguir "apostando por la resurrección a costa de una financiación a precios erróneos patrocinada por el Gobierno".
El FHLB no es ciertamente la única ayuda gubernamental para las finanzas estadounidenses; el sistema de 'ventanilla de descuento' de la Reserva Federal, por ejemplo, también apoya a los bancos con problemas. Pero el punto clave es que la ayuda de la Fed sólo se usa en momentos de crisis visible, mientras que el apoyo del FHLB es secreto y a largo plazo. Por tanto, puede socavar potencialmente la disciplina del mercado al ocultar las tensiones en los bancos, como demuestra la saga de SVB.
El equipo de la NYU concluye que ya es hora de revisar el FHLB. Aunque esta extraña bestia ha desempeñado a veces un papel útil en el pasado respaldando a los pequeños bancos comunitarios, ahora debería o bien volver a su misión original (limitada) y endurecer drásticamente las normas de concesión de préstamos, o bien suprimirse.
Sin embargo, si los reguladores quieren inyectar más disciplina de mercado en el sistema, también tienen que analizar una segunda cuestión: las garantías.
Los economistas del Banco de Pagos Internacionales (BPI) plantean esta cuestión en un nuevo análisis. Allí se señala otro detalle olvidado de las finanzas modernas: el uso de garantías para respaldar las operaciones se ha disparado.
El equipo del BPI se centra principalmente en esta tendencia en los mercados de capitales. Pero también se aplica a los bancos. El FHLB, por ejemplo, se enorgullece de haber 'sobrecolateralizado' sus políticas en los últimos años (es decir, de haber garantizado sus préstamos con una plétora de activos).
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En teoría, esto debería hacer las finanzas más seguras. Pero, como señalan los economistas del BPI, las garantías también pueden "reducir los incentivos para seleccionar y supervisar a los deudores... y aumentar el apalancamiento agregado". Más concretamente, hay menos incentivos para vigilar el riesgo de contraparte, que probablemente fue una de las razones por las que los funcionarios del FHLB de San Francisco siguieron prestando a SVB.
Además, si la garantía es un valor como los bonos del Tesoro, "aumenta el riesgo de liquidez" y "un shock adverso para el valor de los títulos del Estado utilizados como garantía podría desencadenar una dinámica desestabilizadora". Esto también ocurrió en SVB, en parte porque los reguladores han animado a los bancos a mantener bonos del Tesoro en los últimos años.
Aunque una red de seguridad puede ayudar a los agentes individuales a corto plazo, también puede crear más -y no menos- riesgo agregado a largo plazo, al socavar la disciplina de mercado. Es urgente debatir esta cuestión, sobre todo porque el libro de la NYU señala inquietantemente que "el actual aumento de los anticipos del FHLB a muchos otros bancos podría estar creando distorsiones similares". La saga todavía tiene recorrido.
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