De Estados Unidos a Ucrania, la guerra de Israel y Hamás cambiará el mundo
El conflicto en Medio Oriente es una mala noticia para los liberales y muy útil para Vladimir Putin y Donald Trump.
"Las cosas sólo pueden ir mejor" parecía el himno de los años noventa. Lanzada en 1993, cuatro años después de la caída del muro de Berlín, la canción fue la banda sonora perfecta para una década en la que se puso fin al apartheid, la democracia llegó a Europa del Este, la paz llegó a Irlanda del Norte y los acuerdos de Oslo prometieron el fin del conflicto entre Israel y Palestina.
En los años '90, el espíritu de la época favorecía a los pacifistas, demócratas e internacionalistas. Hoy, son los nacionalistas, los belicistas y los conspiranoicos quienes tienen el viento en popa.
Crece el peligro de que Rusia tome la delantera en su guerra con Ucrania durante el próximo año. En Medio Oriente, el tímido optimismo fomentado por los acuerdos de paz de Abraham entre Israel y varios Estados árabes se ha visto truncado por los atentados de Hamás y la invasión israelí de Gaza. Una guerra más amplia en Medio Oriente parece actualmente más plausible que un proceso de paz revitalizado.
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En Estados Unidos, la presidencia de Joe Biden está en graves apuros. Donald Trump es ahora el favorito en los mercados de apuestas para ganar la presidencia en 2024. Las últimas encuestas le dan una cómoda ventaja en la mayoría de los swing states [estados indecisos] que decidirán las elecciones.
Todos estos acontecimientos malignos contribuyen a oscurecer el ambiente político mundial. También se alimentan mutuamente de forma directa.
La guerra de Gaza ha obligado a EE.UU. a desviar tiempo y recursos de Ucrania. En algunos casos, existe una competencia directa por las municiones. Ucrania sufre una falta desesperada de proyectiles y ahora compite con Israel por los escasos suministros. Tanto Ucrania como Israel necesitan sistemas de defensa antiaérea.
La ya débil capacidad de Occidente para conseguir apoyo mundial para Ucrania se ve aún más perjudicada por el enojo del 'Sur Global' por el apoyo de EE.UU. a Israel. Los esfuerzos por insistir en el argumento de que Rusia está cometiendo crímenes de guerra en Ucrania se enfrentarán ahora a nuevas acusaciones de doble moral.
Estos acontecimientos se producen en un momento en el que el esfuerzo bélico ucraniano ya estaba flaqueando. La contraofensiva del gobierno de Kiev ha fracasado en gran medida.
Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania, ha rechazado airadamente la idea de que la guerra esté llegando a un punto muerto. Pero las predicciones de un estancamiento podrían resultar demasiado optimistas. Rusia se ha convertido en una economía de guerra y es probable que el año que viene tenga una ventaja cada vez mayor en armamento y número de tropas. Es probable que las fuerzas rusas vuelvan a bombardear las ciudades e infraestructuras ucranianas en los próximos meses.
Ucrania sigue dependiendo en gran medida de Occidente en cuanto a armamento y apoyo financiero. Pero los sponsors occidentales de Kiev no han conseguido aumentar su producción de armas para hacer frente a la maquinaria bélica rusa. Mientras tanto, la financiación continuada para Ucrania se ha atascado en el Congreso de EE.UU., ya que los republicanos que apoyan a Trump se han vuelto en contra de la guerra.
Vladimir Putin tiene aún más razones para seguir luchando con fuerza durante el próximo año, ante la creciente perspectiva de que Trump regrese a la Casa Blanca y abandone a Ucrania a su suerte.
Una victoria de Trump se ha hecho más probable debido al conflicto de Gaza. Biden necesita que los votantes jóvenes, progresistas y árabe-americanos vayan a votar por él. Pero muchos están furiosos por el apoyo de su administración a Israel. Si los progresistas se quedan en casa o votan a candidatos marginales, las elecciones podrían inclinarse hacia Trump.
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Por supuesto, sería absurdo que el sentimiento pro-palestino llevara indirectamente a Trump de nuevo a la Casa Blanca. Una vez más, el expresidente está volviendo a amenazar con prohibir la entrada de musulmanes en EE.UU. Pero la historia abunda en absurdos.
La intensa atención mundial sobre Israel y Gaza también puede estar sirviendo de tapadera para que se produzcan otros abusos contra los derechos humanos. En las últimas semanas se han producido o anunciado deportaciones masivas y traslados forzosos de personas en Pakistán, Sudán y Nagorno Karabaj.
También hay otros problemas urgentes que corren el riesgo de seguir agravándose. El cambio climático parece cada vez más ominoso. Pero la cumbre COP28 que comenzará a finales de este mes en Dubai tendrá lugar ahora con los líderes mundiales distraídos por Gaza.
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Con EE.UU. desbordado en el extranjero e inestable en casa, China puede olfatear una oportunidad. En la actualidad existen algunos indicios de acercamiento entre Beijing y Washington. Pero el panorama general sigue siendo que China está decidida a desplazar a EE.UU. como potencia dominante en el Pacífico, y quizás en el mundo.
El principal foco de las ambiciones de Xi Jinping es Taiwán. Los analistas de Washington creen que ha ordenado al ejército chino que esté preparado para invadir la isla en 2027. En un esfuerzo por disuadir a China, Biden ha prometido en repetidas ocasiones defender Taiwán. Pero, con EE.UU. distraído y dividido, Xi puede ver una oportunidad para aumentar la presión sobre la isla durante el próximo año. Eso añadiría otra crisis de seguridad en Asia oriental, sumada a las que ya azotan a Europa y Medio Oriente.
Es demasiado fatalista decir que ahora estamos en una época en la que las cosas sólo pueden ir a peor. Pero es simple realismo comprender que las tendencias más fuertes en los asuntos mundiales son malignas y están cobrando impulso.
Rodrigo Orlandi
Es bizarro leer una nota política hablando de "lo maligno", le falto decir que Trump es Sauron.