América latina está a punto de ganar la batalla contra la inflación: ¿una lección para la Fed?
Las duras crisis de los '80 y '90 hicieron que los bancos centrales latinos actuaran con más rapidez que los de las economía avanzadas. Ahora, se espera que Brasil anuncie su primer recorte de tasas desde 2021.
Se espera que Brasil, uno de los mercados emergentes más ágiles y agresivos a la hora de subir las tasas de interés, comience a recortarlas este miércoles, a medida que América latina se ve beneficiada de ir más rápido que los países del G7 en la lucha contra la inflación.
La mayoría de los economistas creen que los responsables de la fijación de tasas del Banco Central de Brasil recortarán su tasa de referencia, actualmente en 13,75%, en al menos un cuarto de punto, y posiblemente más. El viernes pasado, Chile se convirtió en la primera gran economía latinoamericana en reducir las tasas tras la pandemia, recortando los costos de endeudamiento en un punto porcentual hasta situarlos en 10,25%.
"Aunque la lucha contra la inflación no haya terminado, los bancos centrales latinoamericanos pueden considerarse ganadores", dijo Ernesto Revilla, economista jefe para América latina de Citi en Nueva York. "Se distinguieron en este ciclo... por su disciplina, autonomía, compromiso y clara comunicación. La política monetaria de los países con metas de inflación -Chile, Brasil, México, Perú y Colombia- está dando una lección al mundo".
En una serie de medidas agresivas que comenzaron en marzo de 2021, los responsables de la fijación de tasas de Brasil elevaron la Selic desde un mínimo histórico de 2%, contrarrestando los efectos inflacionarios del generoso gasto público y los recortes de tasas desatados en respuesta a la pandemia de Covid-19. La Reserva Federal estadounidense no empezó a subir las tasas hasta un año después, en marzo de 2022. El Banco Central Europeo fue aún más lento, endureciendo su política por primera vez en julio del año pasado.
Las ventajas de la suba anticipada de tasas en Brasil para combatir la inflación son ahora evidentes.
Tras alcanzar un máximo de dos dígitos, el crecimiento de los precios al consumo en la mayor economía de América latina se ralentizó hasta el 3,2% en los 12 meses anteriores a junio, por debajo del objetivo oficial para este año. En Chile, la inflación anual es del 7,6%, casi la mitad del pico de 14,1% registrado en agosto del año pasado.
"Irónicamente, América latina tuvo más éxito porque los bancos centrales no tenían la credibilidad que tenía la Fed y no podían permitirse el lujo de decir: 'Ah, esto es sólo un fenómeno transitorio, la inflación subirá y bajará sola'", dijo Claudio Irigoyen, jefe de economía global de Bank of America en Nueva York. "La Fed probablemente llegó un año tarde".
Aunque el banco central de Brasil se ha ganado el aplauso internacional por haber controlado la inflación, en su país ha recibido duras críticas por su belicismo.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha acusado al presidente del banco central, Roberto Campos Neto, de "jugar en contra de la economía brasileña" y ha puesto en duda la independencia del banco central, que le fue concedida hace dos años bajo su predecesor de extrema derecha Jair Bolsonaro. La estricta política monetaria de Brasil puede haber afectado a la economía brasileña, pero no frenó su crecimiento. Los economistas están mejorando sus previsiones después de un primer trimestre inesperadamente fuerte para el sector agrícola, clave, y Citi espera que el PBI crezca 2,3% este año.
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Cristiano Oliveira, economista jefe del Banco Pine en San Pablo, afirmó que sería "técnicamente la decisión más correcta" si Brasil recorta las tasas este mes.
"Las medidas de inflación core han mostrado una fuerte desaceleración, lo que indica que la política monetaria ha tenido éxito", afirmó. "El [banco central] se dio cuenta de antemano de que el principal componente [de la inflación] era la fuerte demanda y, por tanto, la política monetaria debía endurecerse".
Andrea Damico, economista jefe de la gestora de activos Armor Capital, predijo un recorte de 50 puntos básicos.
"La rebaja de las tasas de interés no es prematura. Vemos una caída muy consistente de las expectativas [de inflación], especialmente a largo plazo", dijo. "También creemos que probablemente señalará que 50 puntos es un ritmo adecuado para la próxima reunión". Otros economistas creen que Brasil corre el riesgo de actuar demasiado rápido.
"La inflación en servicios sigue siendo alta, las expectativas de inflación aún no están totalmente ancladas y el mercado laboral no tiene margen", dijo Alexandre Soriano, jefe de investigación macro de Bahia Asset Management en Río de Janeiro. "En un entorno de significativa expansión fiscal, tendría sentido que el banco central pospusiera el inicio de su ciclo de recortes".
México, la segunda economía de América latina, se enfrenta a un reto diferente.
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Sus estrechos vínculos con la pujante economía estadounidense han mantenido la inflación en 5,1% hasta junio. "La inflación en México sigue siendo bastante rígida, especialmente la de los servicios", afirmó Irigoyen.
El crecimiento sigue siendo fuerte.
Los economistas encuestados por Citi esperaban que el Banco de México posponga los recortes de tasas hasta diciembre, y entonces se espera que la rebaja sólo sea de un cuarto de punto.
Argentina, la excepción
Argentina destaca como excepción entre las grandes economías latinoamericanas.
La inclinación del gobierno peronista a imprimir dinero para financiar el gasto público y sus tipos de cambio oficiales fuertemente distorsionados han avivado la inflación hasta más del 115% anual. Las tasas de interés vigentes se sitúan en un nivel anual del 155%.
Eric Parrado, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, elogió la respuesta generalmente rápida y eficaz de los bancos centrales latinoamericanos a la inflación. Pero advirtió contra los recortes precipitados.
"Los bancos centrales no pueden cantar victoria todavía", dijo. "Deben tener cuidado, ya que aún hay mucha incertidumbre sobre si las medidas de inflación core, sin los costos de la energía y los alimentos, han establecido una clara tendencia a la baja", cierra.
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