Alberto Fernández y Guillermo Lasso van por el premio económico en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022

Los presidentes de Argentina y Ecuador se reunirán con Xi Jinping para hablar de deuda e inversiones.

La inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing en el estadio Nido de Pájaro, marca el comienzo de un negocio serio para dos presidentes latinoamericanos que están haciendo sus propias e inusuales apuestas durante los Juegos de Invierno.

El argentino Alberto Fernández y el ecuatoriano Guillermo Lasso están en China buscando apoyo para sus prioridades económicas nacionales, una señal de la creciente influencia de Beijing en América latina.

Fernández se reunirá el domingo con el presidente de China, Xi Jinping, donde se espera que firme la adhesión de Argentina a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta. Argentina se convertirá en la mayor nación latinoamericana en adherirse al proyecto de inversión e infraestructuras insignia de China hasta el momento.

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Lasso, que también se reunirá con Xi y con el primer ministro chino Li Keqiang, tiene una doble misión. Quiere renegociar las condiciones de la deuda ecuatoriana, que asciende a u$s 4000 millones, y entablar conversaciones con China sobre un tratado de libre comercio (TLC).

Los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 han estado rodeados de polémica, con países como Estados Unidos, Reino Unido y Australia lanzando boicots diplomáticos y negándose a enviar a sus representantes a los Juegos por el historial de derechos humanos de China.

Los dos líderes latinoamericanos se unirán a dirigentes de países como Rusia, Qatar y Tailandia que han decidido asistir.

Para los argentinos en particular, el momento del viaje a Beijing es delicado. El gobierno de Fernández acaba de llegar a un acuerdo general con el FMI para reestructurar u$s 44.500 millones de deuda, pero aún está pendiente un acuerdo final a nivel del staff y el FMI ha dicho que aún está trabajando con sus homólogos en Buenos Aires.

A algunos observadores les preocupa que, al ir ahora a Beijing y reunirse con Xi, Fernández esté enviando un mensaje equivocado al Fondo y a su principal accionista, Estados Unidos.

"No es el momento de ir", dijo Patricio Giusto, director del Observatorio Sino-Argentino, un centro de estudios en Buenos Aires. Dijo que el viaje podría suponer "un gran golpe" para las esperanzas de Argentina de cerrar el acuerdo con el FMI.

Sin embargo, el gobierno peronista de izquierda ha descartado esas preocupaciones, diciendo que el viaje se ha estado preparando desde que Fernández asumió el cargo a principios de 2020. Su propósito "no es ofender a nadie", sino promover los intereses nacionales de Argentina, dijo una fuente cercana a la presidenta al Financial Times.

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Además de adherirse a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, los argentinos podrían buscar más préstamos de China. Los dos países tienen un acuerdo de intercambio de divisas de u$s 19.000 millones que data de 2009 y Buenos Aires quiere ampliarlo en unos u$s 3000 millones.

Las reservas extranjeras netas de Argentina están casi agotadas y las estimaciones sugieren que cayeron por debajo de los u$s 6000 millones en diciembre, mientras que el país debe realizar un pago de u$s 2800 millones al FMI el próximo mes. Si el acuerdo con el Fondo fracasa o es bloqueado por el Congreso argentino, Fernández podría necesitar un plan b para evitar una crisis de la deuda.

La deuda también es un problema para Ecuador. Durante el gobierno izquierdista de Rafael Correa de 2007 a 2017, la nación andina se endeudó fuertemente con China y acordó pagar muchos préstamos con petróleo. Lasso ha dicho que Correa acordó condiciones desfavorables para Ecuador y quiere pagar en efectivo en su lugar, liberando más petróleo para vender en el mercado al contado, donde los precios son altos.

El otro objetivo declarado de Lasso es un TLC, tras años de aumento constante del comercio ecuatoriano con China. China absorbió el 15,8% de las exportaciones de Ecuador en 2020, frente a sólo el 3,9% en 2015. Los chinos compran a Quito aceite, camarones, bananas, flores cortadas, cacao y madera.

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La industria del camarón ha crecido con especial rapidez y Ecuador, una nación de menos de 18 millones de habitantes, es ahora el mayor exportador de camarones del mundo. La mitad de esas exportaciones se dirigen a China, donde una clase media en expansión está adquiriendo el gusto por un marisco que antes se consideraba un lujo.

Pero los camaroneros ecuatorianos pagan un arancel del 2% por sus exportaciones a China, mientras que los bananeros pagan un 10%. Lasso quiere un TLC que elimine esas penalizaciones.

"La propuesta del gobierno es que se firme un acuerdo en el plazo de un año", dijo Gustavo Cáceres, director de la Cámara de Comercio Ecuador-China. "Es un objetivo muy ambicioso, pero China es realmente importante para nosotros. Es nuestro segundo socio comercial después de Estados Unidos".

Sebastián Hurtado, director de la consultora ecuatoriana de riesgo político Prófitas, dijo que el viaje de Lasso a China podría actuar como "un mecanismo de presión" para recordarle al gobierno de Biden que Quito también quiere un TLC con Washington y que es un socio pequeño pero importante en la región.

Dado que Perú y Chile han girado hacia la izquierda en las últimas elecciones y que Colombia posiblemente esté a punto de hacer lo mismo a finales de este año, el gobierno de Lasso podría ser la única administración de derecha en los Andes a finales de 2022.

"Ecuador está en una posición geopolítica interesante en este momento", dijo Hurtado. "Tiene cierta influencia con Estados Unidos".

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