Mientras se especula con el regreso de Repsol a Libia y Venezuela, cierra un acuerdo con IAG
Según El Economista, la petrolera llevaría a cabo en el país africano una campaña exploratoria para perforar pozos en la cuenca de Murzuq, mientras en la nación sudamericana consolidaría sus inversiones. El trato con la dueña de Iberia para la compra de combustible sostenible.
En ocasión de la actualización de su plan estratégico, el pasado mes de febrero, Repsol adelantó que trabaja para incrementar la calidad de su cartera de activos en exploración y producción, buscando focalizarse en áreas con ventajas competitivas y elevado potencial de creación de valor. De ahí que no haya sorprendido al mercado la información que publica esta mañana El Economista, según la cual la petrolera pretendería retomar las inversiones en Libia suspendidas desde la muerte de Gadafi.
La notica habla de llevar a cabo una campaña exploratoria para perforar hasta seis pozos en la cuenca de Murzuq. También el periódico recuerda que este movimiento se produce tras el acuerdo cerrado en enero entre la empresa española y la compañía estatal libia NOC para evaluar el potencial petrolero en el área de Dur Al Qussah, una de las más prolíficas del país.
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Además, durante el último enero, la compañía llegó a un acuerdo con el Ejército Nacional Libio para retomar la producción del yacimiento de El Sharara, con una producción de 260.000 barriles de petróleo diarios.
Precisamente, el retorno de la empresa, que tiene como consejero delegado al ex político vasco Josu Jon Imaz, se produce en un entorno que da muestras de cierta estabilidad para las inversiones extranjeras. Al menos esa es la opinión del Ministerio de Asuntos Exteriores español, ya que sus informes indican que el alto el fuego pactado con la Unión Europea (UE) parece que va camino a estabilizarse. Con todo, los diplomáticos miran con cautela las fronteras calientes del país africano.
Venezuela
El país sudamericano, que ayer celebró elecciones con una ajustada o discutida victoria del actual mandatario, Nicolás Maduro, es un viejo bastión no sólo para Repsol, sino para las 120 empresas españolas presentes en Venezuela, donde llevan invertidos unos 508 millones de euros, según datos aportados por España Exportación e Inversiones (ICEX). El sector petrolero, junto con el gasístico y financiero son los sectores con mayor presencia española.
Y justamente es en el sector petrolero donde históricamente destaca Repsol prácticamente en solitario.
En efecto, de acuerdo al periódico (y no desmentido por la compañía), la multinacional española también se está reforzando en Venezuela, donde en el mes de marzo logró los permisos necesarios de Estados Unidos para operar en el país. Así, una vez prendida la luz verde, negocia con PDVSA la posibilidad de incrementar la duración de las concesiones del yacimiento de Petroquiriquire hasta el año 2046.
Renta 4, en sintonía con El Economista, recuerda que en abril los directivos de Imaz llegaron a un acuerdo con PDVSA para recibir los pozos de Tomoporo y La Ceiba como forma de pago frente a la deuda existente. La vigencia del trato es hasta diciembre de 2023 y está valorado en 1.590 millones.
En concreto, ambos yacimientos incorporarán 20.000 barriles diarios de petróleo y aspiran a convertirse en la fórmula para recuperar parte de la deuda del pasado sin incrementar la exposición financiera al país, "donde recordamos se desprendió en marzo de las licencias de gas no asociado a los pozos de Yucal Placer Norte y Sur, yacimientos que suponían una producción de 3 millones de metros cúbicos diarios (18.900 de boe/día), que pasaron a integrar el patrimonio de la compañía Sucre Gas Iberoamérica", destaca Renta 4.
Yendo mucho más al norte, vale destacar que Repsol continúa trabajando para dar entrada a socios minoritarios en proyectos como Pikka, Horseshoe y Quokka, en Alaska. O en Eagle Ford, tras adquirir a finales de 2029 por 325 millones de dólares la participación del 63% de su socio Equinor, activo que se encuentra en Texas, Estados Unidos.
La petrolera, que en los últimos años cerró la venta de algunos activos del emprendimiento texano, estaría dispuesta a continuar por la senda vendedora. De hecho, los analistas que siguen a la compañía no descartan que podría estar valorando la desinversión completa en Noruega o fusionar su negocio en Gran Bretaña con Neo Energy. Esta política de desinversión, que podría reducir la presencia de Repsol a 9 países de los 13 en los que actualmente opera, podría obedecer a su deseo de una futura salida de Bolsa en los Estados Unidos hacia 2026.
"Recordamos que en su actualización estratégica la Compañía contemplaba la posibilidad de reducir su exposición en mercados no estratégicos, rotando activos non core (...), centrando sus esfuerzos en sus principales áreas de crecimiento como Estados Unidos, México, Brasil y Libia, y acelerar la inversión con la incorporación de socios a algunos de sus grandes activos", apunta Renta 4.
El banco de inversión añade que Repsol contempla un objetivo de inversión neta de entre los 6000 y 7000 millones de euros, siendo un 70% mayor en áreas de crecimiento, entre 2024 y 2027. Compras que irían acompañadas de unas desinversiones que podrían ir entre los 2000 y los 3000 millones, estimando una generación de caja de entre 5000-6000 millones, con una producción superior a los 550k kboe/d (miles de barriles equivalentes de petróleo por día) e incrementando la eficiencia y rentabilidad del negocio, con un incremento del FCF/b del 30% en 2027.
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Acuerdo con IAG
Repsol llegó a un acuerdo con International Airlines Group (IAG) para la compra y el suministro durante los próximos seis meses de más de 28.000 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés), que será empleado en los aviones de las aerolíneas de IAG que vuelen desde los aeropuertos españoles, incluyendo Aer Lingus, British Airways, Iberia, Iberia Express y Vueling.
En el comunicado distribuido a la prensa esta mañana, la compañía destaca que este acuerdo supone la mayor compra voluntaria de SAF realizada hasta la fecha en España. De esta forma, IAG avanza en su compromiso con la descarbonización de su actividad y se acerca, de forma voluntaria, al objetivo de uso del 2% de SAF para el año 2025 que marca el reglamento ReFuelEU Aviation.
Cabe destacar que el uso de este SAF permite una reducción de emisiones superior al 80% en comparación con el queroseno tradicional en el conjunto de su ciclo de vida, desde su producción hasta su consumo. "Además, IAG se asegura que todas sus compras de SAF cumplan con estrictos sistemas de certificación de sostenibilidad", afirma la petrolera.
Luis Gallego, consejero delegado de IAG, señala que "la sostenibilidad es prioritaria para IAG y es uno de los pilares sobre los que fundamentamos nuestra estrategia y nuestra transformación".
Por su parte, Imaz, afirma que "este acuerdo con IAG, uno de los mayores grupos de aerolíneas del mundo, consolida nuestra apuesta por los combustibles 100% renovables como una palanca clave para la descarbonización del transporte en España".
Para Imaz, "el sector de la aviación necesita soluciones como los combustibles sostenibles de aviación y, en Repsol, estamos preparados para suministrarlos a través de nuestra planta de combustibles 100% renovables en Cartagena".
El objetivo de Repsol es alcanzar una capacidad de producción de hasta 1,7 millones de toneladas de combustibles renovables en 2027 y de hasta 2,7 millones en 2030, liderando así este mercado en la Península Ibérica.
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