

El déficit del conjunto de las administracionespúblicas españolas, salvo las locales, se situó en 18.291 millones de euros entre enero y mayo, una cifra que supone un descenso del 6,2% con respecto al mismo periodo de 2023 y que equivale al 1,18% del PIB.
Esta evolución del déficit público fue posible porque el crecimiento de los ingresos -del 5,8%, impulsados por los impuestos- fue superior al de los gastos -del 4,8%-, de acuerdo con los datos de ejecución presupuestaria publicados este miércoles por el Ministerio de Hacienda.

La administración central concentró un déficitde 7953 millones, un 0,51% del PIB, tras reducirlo en un 25,4% gracias a la fortaleza de la recaudación, que permitió compensar el mayor gasto en intereses de la deuda y salarios.
Las comunidades autónomas acumularon un déficit de 10.446 millones, un 40,6% más y un 0,67% del PIB, un repunte relacionado con el aumento de los gastos en salarios, intereses, inversiones y otras partidas como la de conciertos de asistencia sanitaria (sube un 10,1%) o educativos (3%).
Todas las comunidades autónomas cerraron mayo con déficit -salvo el País Vasco, que logró un superávit del 0,42% de su PIB-, que fue especialmente destacado en Baleares (1,89%) y Murcia (1,35%).
Por su parte, la Seguridad Social registró un superávit de 108 millones, un 0,1% del PIB, frente al déficit del pasado año, gracias tanto a la buena marcha de las cotizaciones sociales como a las mayores transferencias recibidas del Estado.
El déficit del Estado baja un 24% en el primer semestre
Hacienda también ha avanzado los datos de ejecución presupuestaria del Estado hasta junio, un periodo en el que acumuló un déficit de 18.709 millones de euros, un 23,7% menos que en la primera mitad de 2023, lo que equivale al 1,21% del PIB.
Esta corrección del déficit estatal fue posible gracias al fuerte aumento de los ingresos (131.980 millones, un 6,4% más), que permitió compensar el pequeño aumento de los gastos (150.689 millones, un 1,5% más).
La buena marcha de los ingresos se explica por el aumento del 10% de la recaudación tributaria, hasta los 111.960 millones, impulsada especialmente por el IRPF, que se dispara un 20,8% a pesar de la reducción para las rentas bajas (860 millones) y las devoluciones a los mutualistas (708 millones).

También crece la recaudación por el IVA -un 6,6%, tras la recuperación de los tipos del IVA para la electricidad y el impuesto especial de la electricidad- y por el impuesto de sociedades -un 5,8%, por los mayores beneficios empresariales-.
Por lo que respecta a los gastos, aumentan los correspondientes a intereses de la deuda (12,9%) y remuneración de asalariados (3,2%), entre otros, mientras que descienden las subvenciones, las transferencias sociales en especie o las ayudas a la inversión.
Fuente: EFE












