

Frente a una economía estancada, caracterizada por una inflación que actualmente se sitúa en el 5,3%, el Banco Central Europeo (BCE) resolvió elevar sus tipos de interés en un cuarto de punto porcentual, hasta el 4,5%, su nivel más alto desde 2001.
Tras esta movida, la presidenta que encabeza el BCE, Christine Lagarde señaló que no todavía no se ha discutido hasta donde van a subir el precio del dinero como máximo en este ciclo alcista.
Además, ha pronosticado que la economía de los países del euro seguirá débil los próximos meses a causa de la caída de la demanda de las exportaciones.

"La economía se estancó ampliamente en la primera mitad del año y los indicadores recientes sugieren que también ha sido débil en el tercer trimestre. La demanda más baja de las exportaciones de la zona del euro y el impacto de unas condiciones financieras más severas reducen el crecimiento por una inversión residencial y empresarial más baja", declaró la política francesa.
¿Qué pasará con el euribor tras la decisión del BCE?
Olivia Feldman, economista y fundadora del comparador financiero HelpMyCash, sostuvo que "es muy probable que el euribor arranque de nuevo su camino de subida". Aunque -aclaró- "lo hará de manera más pausada y cautelosa".
"Desde que hace un año comenzó la acelerada ola de aumentos en el precio del dinero, Lagarde ha sido siempre tajante. El BCE tomará decisiones basándose en datos y con la mirada fija en su meta:conseguir que la inflación en la zona euro se mantenga al 2%. Y todavía no lo consigue, así que nada hace pensar que Fráncfort vaya a comenzar la tan ansiada bajada de tipos", subraya Feldman.

¿Cómo afecta la subida de tipos de interés a los hipotecados?
La subida de tipos provoca que los mayores afectados sean los ciudadanos que tienen hipotecas a tipo variable, puesto que -en su próxima revisión- sufrirán un incremento en sus pagos mensuales debido a que el euríbor actual es significativamente más alto que cuando firmaron sus hipotecas.
Este aumento se debe al alza en las tasas de interés, que incrementa el precio de endeudamiento y, consecuentemente, eleva el valor del euríbor, el cual determina la cuota mensual que se paga en una hipoteca.












