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El Papa Francisco les dijo basta a los pedófilos: disuelven un grupo de curas acusados de abusar menores

La decisión marca un hito en la lucha contra los abusos dentro de la Iglesia Católica.

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En una medida sin precedentes, el Papa Francisco ha ordenado la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), una influyente organización católica fundada en Perú en 1971 por Luis Fernando Figari. Esta decisión llega tras una exhaustiva investigación que reveló numerosos casos de abusos sexuales, malos tratos físicos y corrupción financiera dentro del grupo.

El Sodalicio, conocido por su carácter ultraconservador, había extendido su influencia por varios países de América latina y los Estados Unidos. Sin embargo, desde hace más de dos décadas, la organización enfrentaba múltiples denuncias de abusos cometidos por sus líderes, incluyendo a su fundador, Figari, quien fue acusado de abusar de al menos 19 menores y 10 adultos.

Reconocimiento de las víctimas y medidas económicas

La organización admitió haber atendido a 83 víctimas de abusos desde 2016, destinando más de 5,3 millones de dólares en indemnizaciones. Estos abusos, perpetrados principalmente entre 1971 y 2009, abarcan desde agresiones sexuales hasta maltratos físicos y psicológicos

A pesar de que muchos casos han prescrito judicialmente, el Sodalicio ha buscado compensar a las víctimas mediante acuerdos extrajudiciales, con una indemnización promedio de 64.000 dólares por persona.

La decisión del Papa Francisco llega tras una exhaustiva investigación que reveló numerosos casos de abusos sexuales, malos tratos físicos y corrupción financiera dentro del grupo. (Imagen: archivo)

Además de los abusos, las investigaciones revelaron una trama financiera dirigida por Jaime Baertl, mano derecha de Figari. Se descubrió que el Sodalicio había amasado una fortuna estimada en USD 1000 millones, aprovechando beneficios fiscales y realizando inversiones en sectores como inmobiliaria, minería y educación.

Intervenciones previas y expulsiones

Antes de la disolución, el Papa Francisco ya había tomado medidas contundentes contra el Sodalicio. En agosto de 2024, expulsó a su fundador, Luis Fernando Figari, tras confirmarse su implicación en abusos sexuales y corrupción. Posteriormente, en septiembre del mismo año, fueron expulsados otros diez miembros destacados, incluyendo al exsuperior general Eduardo Regal y al arzobispo emérito de Piura, José Antonio Eguren, por abusos físicos con sadismo y mala gestión de bienes eclesiásticos.

Estas acciones reflejan el compromiso del Papa Francisco en abordar y erradicar los abusos dentro de la Iglesia, buscando justicia y reparación para las víctimas.

Reacciones y futuro de la organización

La disolución del Sodalicio ha sido recibida como una respuesta necesaria ante los numerosos escándalos que lo rodeaban. Sin embargo, aún quedan interrogantes sobre el destino de los bienes de la organización y cómo se garantizará la continuidad del apoyo a las víctimas.

El Vaticano ha designado al sacerdote Jordi Bertomeu para supervisar el proceso de disolución y asegurar que se cumplan las medidas necesarias para reparar el daño causado. Esta decisión subraya la determinación de la Iglesia en enfrentar los abusos y restaurar la confianza de los fieles en sus instituciones. 

Con información de la Agencia EFE.

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