Oceanía

El papa Francisco extiende su mano y se adentra en una de las selvas más lejanas del mundo para llegar con un mensaje de amor

El sumo pontífice visitó uno de los pueblos más alejados del mundo, donde brindó asistencia y un mensaje de esperanza para sus habitantes.

El domingo, el papa Francisco ingresó en la densa jungla de Papúa Nueva Guinea, una nación isleña situada en el suroeste del Pacífico

Su visita, reportó Reuters, tuvo como objetivo acercarse a los fieles católicos de una de las áreas más inaccesibles del planeta y distribuir ayuda humanitaria, incluidos suministros médicos.

Después de un vuelo de 1000 km a bordo de un avión de transporte C-130 facilitado por la Real Fuerza Aérea Australiana, Francisco y su reducido grupo de acompañantes aterrizaron en Vanimo

Este pueblo, ubicado en la punta noroeste de la isla principal de Papúa Nueva Guinea, cuenta con aproximadamente 12.000 residentes y sufre la carencia de servicios básicos como agua potable y electricidad.

El papa Francisco visitó Vanimo, en el marco de su gira por Asia y Oceanía. (Fuente: EFE / Alessandro Di Meo)

A sus 87 años, el Papa transportó varios cientos de kilos de recursos destinados a mejorar las condiciones de vida de los habitantes locales, indicó Matteo Bruni, portavoz del Vaticano. 

El cargamento incluyó medicamentos y ropa, además de juguetes e instrumentos musicales destinados a los niños de edad escolar, detalló Bruni.

Esta visita a una nación compuesta por 600 islas forma parte de un extenso tour de 12 días que el Papa está realizando por cuatro países del sudeste asiático y Oceanía, el viaje más largo que ha realizado en estos once años de pontificado.

Francisco fue recibido en Vanimo por invitación de los misioneros locales pertenecientes al Instituto Católico del Verbo Encarnado, quienes, al igual que el Papa, son originarios de Argentina.

Miles de fieles siguieron la visita del papa Francisco en Vanimo (Fuente: EFE / Alessandro Di Meo)

"Están realizando una labor maravillosa, y es crucial que no se sientan abandonados", expresó Francisco a un grupo estimado por el Vaticano de 20.000 personas, compuesto por misioneros y devotos católicos de Vanimo, reunidos en el exterior de la sencilla iglesia parroquial de la localidad, construida con paneles de madera.

"Residen en una tierra espléndida, bendecida con una diversidad extraordinaria de flora y fauna", comentó el Papa. "La belleza natural se refleja en la belleza de una comunidad donde reina el amor".

El reverendo Tomas Ravaioli, uno de los misioneros, se mostró asombrado por la visita papal a Vanimo. "Está cumpliendo con su palabra de venir", afirmó el clérigo a Reuters. "Es increíble. A su edad, está realizando un esfuerzo titánico".

En Papúa Nueva Guinea, un país vasto de montañas, junglas y ríos, conviven más de 800 idiomas y cientos de tribus, incluyendo numerosos grupos étnicos aislados.

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