El filósofo francés que enseñó pensamiento crítico a varias generaciones no pierde vigencia
En un mundo inundado de información y desinformación, las lecciones de Voltaire sobre la razón, la tolerancia y la libertad de expresión son más necesarias que nunca.
En una era marcada por el acceso inmediato a la información y la proliferación de las fake news, la enseñanza del pensamiento crítico se torna más relevante que nunca. François-Marie Arouet, conocido mundialmente como Voltaire, legó a la humanidad un conjunto de principios y reflexiones que, a pesar de los siglos transcurridos desde su época, siguen siendo un faro de guía para la crítica social, la tolerancia y el uso de la razón sobre la superstición y el dogma.
Voltaire, figura emblemática de la Ilustración, vivió en un período en el que la crítica a las instituciones, especialmente a la Iglesia y la monarquía absoluta, podía costar la libertad e incluso la vida. Sin embargo, esto no le impidió desarrollar una obra vasta y variada, que incluye desde sátiras hasta tratados filosóficos, donde la defensa de la libertad de expresión y la crítica al fanatismo religioso y la injusticia social ocupan un lugar central, de acuerdo al sitio World History.
Uno de sus mayores aportes, "Cándido", es una obra donde mediante la sátira expone las flaquezas de la sociedad de su tiempo, criticando no solo a la nobleza y la Iglesia, sino también a los intelectuales que defendían un statu quo obsoleto. Esta obra, junto con otras como el "Tratado sobre la tolerancia", demuestra cómo Voltaire utilizaba su aguda pluma para abogar por un mundo más justo y racional.
Más allá de su conocida crítica social y su defensa de la libertad de pensamiento, Voltaire fue un precursor en el campo de la historia, ofreciendo en su "Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones" una perspectiva novedosa que se alejaba de los relatos centrados en guerras y hazañas de gobernantes para abordar la historia cultural de las civilizaciones, incluyendo las no europeas.
En la actualidad, sus ideas sobre tolerancia, la importancia del conocimiento empírico y el cuestionamiento de los dogmas se hacen eco en un mundo que, aunque tecnológicamente avanzado, sigue enfrentando desafíos similares en términos de discriminación, fanatismo y abuso de poder.
La capacidad de Voltaire para interrogar y reflexionar sobre su realidad, promoviendo siempre el diálogo y el pensamiento crítico, es un legado que trasciende el tiempo y que sigue siendo de vital importancia para las nuevas generaciones.
Voltaire, aunque no formuló directamente un manual sobre cómo llevar a cabo el pensamiento crítico, sus obras y vida ejemplifican un firme compromiso con este proceso.
A través de su aguda crítica a la sociedad, la religión y la política de su tiempo, Voltaire abogaba por el uso de la razón y el escepticismo como herramientas esenciales. Él creía que para cultivar un pensamiento crítico eficaz, uno debe cuestionar constantemente las normas establecidas, examinar las evidencias con un ojo crítico y no aceptar verdades impuestas sin análisis. Su enfoque se centraba en la importancia de la duda razonable y la indagación continua, promoviendo así una sociedad más ilustrada y justa.
En este sentido, Voltaire enseñó que el pensamiento crítico no solo es el cuestionamiento de las afirmaciones externas, sino también un examen riguroso de nuestras propias creencias y prejuicios, impulsando un compromiso con la verdad y la razón sobre el dogma y la superstición.
Así, Voltaire no solo enseñó a sus contemporáneos a pensar críticamente sino que, a través de sus escritos, sigue educando y desafiando a quienes buscan en sus obras inspiración y guía para navegar en los complejos mares de la sociedad moderna. Su obra nos recuerda la importancia de cuestionar, de no aceptar verdades impuestas sin análisis y de luchar por un mundo donde la razón y la justicia prevalezcan sobre el oscurantismo y la opresión.