¿Adiós pechugas de pollo? Lidl vende un pollo con anomalías genéticas y esto es lo que dicen los expertos
Por la selección genética de razas de los criaderos de este supermercado sus pollos tienen esta enfermedad.
La alimentación saludable es cada vez más posible y compleja en igual medida. Si bien hoy en día, gracias a la globalización, hay más variedad de alimentos nutricionales y su accesibilidad es una realidad, también lo es el hecho de que la producción masificada de alimentos bajo su calidad.
En ese sentido, el supermercado Lidl, uno de los más famosos en Europa y con casi 100 años de trayectoria desde su fundación en Alemania, se encuentra envuelto en una nueva polémica. Según un estudio reciente del Observatorio de Bienestar Animal (OBA), el 97,9% de las bandejas de pollo analizadas en tiendas de Lidl en España presentan estrías blancas.
¿Adiós pechugas de pollo? Lidl vende un pollo con anomalías genéticas
Esta patología, conocida como estriado blanco, no supone un riesgo para la salud humana, pero sí afecta la calidad nutricional de la carne. Aumenta su contenido graso, reduce las proteínas y disminuye el colágeno, alterando además su textura y valor calórico.
La investigación, que abarcó 6097 muestras de 321 puntos de venta, y destaca la magnitud del problema en un producto ampliamente consumido por su supuesta salud y accesibilidad. Míriam Martínez, veterinaria del OBA, subraya que muchos consumidores desconocen cómo estas anomalías impactan en el pollo que adquieren.
Este desconocimiento se ve agravado por la imposibilidad de etiquetar el grado de estriado blanco en cada envase, dado que las variaciones ocurren incluso dentro de la misma bandeja. Aunque Lidl asegura realizar controles de calidad "más estrictos" que los exigidos por la normativa, el debate sobre el bienestar animal y las condiciones de crianza en la ganadería intensiva sigue vigente.
¿Qué es el estriado blanco del pollo y cómo afecta su calidad nutricional?
El estriado blanco o las "estrías de pollo" es una miopatía que aparece por el crecimiento rápido de los pollos, una práctica común en la ganadería industrial. Este trastorno muscular provoca:
- Aumento del contenido graso hasta un 224%.
- Reducción de proteínas entre un 7% y un 9%.
- Pérdida de colágeno de aproximadamente el 10%.
La selección genética de razas destinadas al rápido crecimiento está directamente relacionada con esta enfermedad. Según el OBA, estos pollos crecen a una velocidad equivalente a que un bebé humano alcanzara los 300 kilos en apenas dos meses, una tasa de desarrollo insostenible para sus cuerpos.
Un problema generalizado en la ganadería industrial
El estudio encontró que más del 20% de las pechugas analizadas mostraban un grado severo de estriado blanco. Esto refuerza investigaciones previas, como un artículo publicado en PLoS One, que concluyó que las razas de crecimiento rápido presentan esta enfermedad en hasta el 78% de los casos. Por el contrario, solo el 9% de los pollos de crecimiento lento padecen esta afección.
Además, organizaciones como ANDA denuncian que estas prácticas responden a un modelo capitalista que prioriza la maximización de beneficios a expensas del bienestar animal. Aunque algunas empresas han adoptado medidas para promover razas de crecimiento lento, críticos como Alberto Díez cuestionan la efectividad de estas estrategias, calificándolas como una maniobra comercial más que una solución real.
La respuesta de Lidl ante la polémica del estriado blanco en sus pollos
Lidl, por su parte, sostiene que las estrías blancas no afectan la calidad ni la seguridad alimentaria del producto. La cadena, respaldada por la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), defiende que los estándares actuales garantizan tanto el bienestar animal como la seguridad del consumidor.
No obstante, el OBA y otras organizaciones exigen mayor transparencia y regulaciones más estrictas.
Este informe llega tras la polémica por la detección de bacterias resistentes a antibióticos en el pollo de Lidl, según una investigación internacional. Aunque estas bacterias suelen eliminarse al cocinar la carne, expertos y autoridades han señalado la necesidad de abordar los riesgos asociados a las prácticas intensivas de producción.